El Camino de Invierno al llegar a Lugo no sólo nos ofrece un moderno y equipado albergue.
The Camino de Invierno when arriving to Lugo not only offers us a modern and equipped hostel.
Descansado tu cuerpo de la jornada diaria en el Camino, te pones en pie de nuevo, y sientes ese aliciente de descubrir el lugar donde has decidido pernoctar.
Lugo, es una de esas ciudades con encanto, que invita a paseos sin rumbo entre sus callejuelas de piedra. Tenía hambre, no era para menos. El desgaste me estaba empezando a pasar factura al final del día. Decidí mezclarme en el bullicio que resonaba por los aledaños de la catedral.
Docenas de bares, tabernas y tascas me saludaban. Decidí tomar la Rúa da Cruz hacia la PRAZA DO CAMPO. El mesón Alberto, A Tasca, el Campos, la taberna Adega, el A Nosa Terra y el restaurante Verruga, me regalaron con un primer aperitivo de marisco de las rías baixas -no os olvidéis probar los mejillones «tigres» de este último y la tortilla del Adega-.
Todo muy rico, para repetir, pero aún me aguardaba lo mejor. El pequeño restaurante Cota, en el estrecho callejón llamado Carril do Carboeiro. Como dirían las gentes de por aquí, un sitio «enxebre» donde disfrutar de una buena comida casera. Su secreto, la materia prima de la tierra y un toque de cariño al cocinar. Aún recuerdo esas porciones de empanada de grelos y de manzana -aunque también había de tortilla, chocos, pulpo o lengua-, la carne caldeiro y las frebas.
Lugo. (Camino de Invierno)
Once your body of the daily day has been rested, you stand up again, and feel that incentive of discovering the place where you have decided to spend the night.
Lugo, is one of those cities with charm, that invites to walks without direction among its stone alleys. I was hungry. The wear was starting to take its toll on me at the end of the day. I decided to mix myself in the bustle that resounded through the surroundings of the cathedral.
Dozens of bars, restaurants and taverns greeted me. I decided to take the Rúa da Cruz street towards the PRAZA DO CAMPO square. The Alberto restaurant, A Tasca bar, Adega tavern, A Nosa Terra restaurant, Campos tavern and Verruga restaurant. They all gave away me with a first aperitif of shellfish of the Rías Baixas -you do not forget yourselves to prove the mussels «Tigres» of the last one and the spanish omelet of the Adega-.
Everything was delicious, to repeat, but it still waited for me for the best thing. The small restaurant Cota, in the narrow alley called Carril do Carboeiro. As they would say the local people, a «enxebre» place to enjoy a good home meal. Its secret, the raw material from the land and a touch of affection when cooking. Still memory those portions of Empanada de Grelos or apple -although there was also of omelet, Chocos, octopus or Lengua-, the Carne Caldeiro and the Frebas.
Lugo. (Camino de Invierno)
Photography by Woman To Santiago
Bon appétit!
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