Me apasiona la idea de visitar lugares, en los que no haya estado antes, experimentar una vez más, el entusiasmo de estar en esa parte del mundo por primera vez. Poder explorar los bellos rincones de lugares que me atraen, sentirme por unos días como un residente más, aunque sea inevitable reprimir, en varias ocasiones, la emoción de presenciar algo hermoso y extraordinario, manifestándose en mi, la viajera impresionada que está de turista en el lugar....
Nuestra primera visita en Alemania, fue a Colonia - Köln - Cologne, la cuarta ciudad más grande de Alemania. La metrópoli a orillas del Rihn, es un atractivo turístico tanto para alemanes como para los foráneos venidos de todas partes del mundo. La milenaria ciudad posee numerosos museos e interesantes ofertas de ocio y culturales, monumentos, zonas comerciales con tiendas de todo tipo, etc que sin duda te harán disfrutar de tu estancia en el lugar.
Vistas de Colonia desde nuestro avión
Cerca de la Catedral de Colonia, se encuentra Heinzelmännchenbrunnen, esta fuente que simboliza una de las leyendas más características sobre los habitantes de Colonia y Heinzelmännchen (los duendecillos de la ciudad).
Viajamos en transporte público en nuestro traslado a Colonia desde Wuppertal donde nos hospedábamos. Debido a que la estación de tren en Wuppertal está de reformas, el recorrido fue más largo pero aprovechamos para ver lugares a través de la ventanilla que no estaban marcados en nuestra ruta. De este modo también nos integrábamos un poco más en el día a día de los residentes. Además es el mejor medio de transporte para ir hasta el centro de las grandes ciudades ya que llevar el coche se hace pesado y el parking en las calles es limitado.
Estación Central (Hauptbahnhof) de Colonia.
La Kölder Dom, catedral de Colonia, de estilo gótico y la más alta del país. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1996, es el monumento más visitado de Alemania y aunque te pueda contar lo impresionante que es con palabras, nada es comparable a estar frente a esta majestuosa obra arquitectónica. Se puede visitar el interior donde se encuentra la Cámara del Tesoro y un relicario de los Reyes Magos además de subir a una de sus torres y disfrutar de las vistas de la ciudad subiendo unos 500 escalones. Durante un tiempo presumió de ser el mayor edificio del mundo.
El tono oscuro que la piedra ha ido adquiriendo con los años le da un aire misterioso y mágico, pero como imaginarán es un laborioso trabajo el acicalar esta impresionante construcción, así que es común verla con andamios...
Esto que les muestro es tan solo un minúsculo episodio de esta visita a la ciudad. Me encanta hacer fotografías de todo lo que llama mi atención pero también me chifla disfrutar de lo que aparece ante mis ojos, así que compartí un poco el limitado tiempo del que disponíamos para recrearme en la visita y vivir el momento. Es un lugar que sin duda recomiendo visitar, si puede ser con tiempo pues hay tanto que hacer y ver que un día se hace muy escaso, volveré muy pronto¡¡
Muchas gracias por vuestras visitas, en el prox post les hablaré de otra de las ciudades alemanas
que visité en este último viaje. Si lo deseas puedes ver algunas imágenes en mis redes sociales,
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