Mis trucos para superar el dolor.
Hola a todos y bienvenidos un día más. ¿Cómo lleváis la semana? Espero que genial, estamos ya a las puertas de la primavera.
Hoy es el día de los trucos, y dado que estoy pasando por un momento de duelo complicado se me ha ocurrido compartir algunos de los trucos que yo utilizo para sobrellevar el dolor e ir poco a poco volviendo a la vida normal. Pero dejo claro que son cositas que me sirven a mí, que cada uno somos un mundo y cada caso es diferente, depende de la edad del fallecido, de la causa de la muerte, de nuestra situación en ese momento...hay mil cosas y esto no es la solución mágica ni siquiera sé si es lo correcto, pero es lo que me va ayudando.
Y sin más rollo empezamos.
Antes de empezar repito que estas son unas cositas que me ayudan a mí, pero no soy psicóloga ni psiquiatra, si vemos que la situación nos supera lo mejor es buscar ayuda profesional que son los que de verdad saben, son personas que se han formado para ello. Yo hablo solo a nivel personal.
Sé que no os descubro nada nuevo, seguramente esto lo saben todos pero ponerlo por escrito me ayuda a mí y tal vez pueda ayudar a alguien.
Consejos para superar un duelo.
-Aceptar y asumir la muerte.
En esto cada uno somos un mundo, yo en concreto al principio no asumo estas cosas, así que los primeros trámites que por desgracia conllevan estas cosas suelo hacerlos estando relativamente bien, pero luego...ahí viene el bajón.
En mi caso ha sido bastante repentino, hay gente que sabe que su familiar se va a ir y pueden prepararse, en mi caso fue cuestión de horas, nos dicen un día que no hay solución y al día siguiente a las ocho de la mañana nos llaman para que vayamos a despedirnos porque hay que sedar...no da tiempo a asimilarlo.
Y cuando todo acaba solo me queda aterrizar, así que intento asumirlo para poder ir recomponiéndome, es horrible pensar que no voy a volver a ver a esa persona, que no volveremos a mandarnos whatsapps graciosos, que no le haré reír con mis tonterías, que no vendrá a casa a comer ni me hará regalos sorpresa, pero hay que aceptarlo para poder recomponerse.
-No hay prisa en superar un luto.
En mi caso cuando asumo ese duelo me hundo, porque me hundo mucho, empiezo a pensar que no he hecho lo suficiente, que algo se me ha escapado...todo fatal, vamos, pero entonces me calmo y no me pongo tiempos ni pretendo estar al día siguiente riéndome como si nada porque sé que no es así, y lo que se queda dentro al final trae consecuencias. Yo he pasado unos días horribles, pero eran necesarios, a veces para salir a flote hay que hundirse porque es más fácil así coger impulso. Y si hay que llorar, se llora, incluso reír que hay gente(yo a veces) que se ríe de nervios.
-Apoyarse en los que nos quieren.
En mi caso los que me quieren están igual o peor que yo, pero unos vamos tirando de otros, unos lloramos un día y otros otro y poco a poco nos apoyamos. También me he apoyado en amigas, pero en este caso me siento mejor con los míos porque estamos pasando por esto juntos, ellas me ayudan pero no es lo mismo, no les duele como a nosotros.
-Buscar lo bueno dentro de lo malo y horrible.
En este caso me quedo con que mi familiar no ha sufrido(he torturado incluso a una bloguera que es médico y me ha asegurado que no hubo sufrimiento), con lo querido que era(en el tanatorio me dijeron que en los años que lleva funcionando, exceptuando alguna persona "famosa" nunca habían recibido tantas visitas, llamadas y emails de pésame, y doy fe de ello que nos entregaron un maletín lleno de tarjetas, cartas y emails), y que vivió muy feliz siempre.
-Buscar momentos de desconexión.
En mi caso tengo varios. Uno de ellos es pasear, quiero volver a correr pero por ahora salgo a pasear, si necesito hablar para desahogarme lo hago, pero generalmente me relajo y vuelvo a casa más tranquila.
Otro es el blog, cuando leo otros blogs me evado y puedo comentar, porque al hablar en persona muchas veces acabo llorando y triste pero por escrito es mucho más fácil. Leo blogs con relatos chulos, con historias personales...es una gran desconexión.
Y también leo libros, veo series(estoy amortizando mucho Netflix) y procuro distraerme.
Mi madre, por ejemplo, que es muy activa, estos días no parece ella porque está viendo cotilleos en la tele que jamás había visto, pero creo que es mejor ver eso que cosas que te producen congoja y ya volverá a estar activa cuando se recupere.
-Recordar buenos momentos.
No hay que vivir en el pasado pero recordar de vez en cuando cosas buenas es genial. En mi caso, que me he pasado unas noches de hospital horribles, lo hago porque quiero borrar esa última imagen y recordar a esta persona llena de vida, que es como deberíamos recordar a todo el mundo. Espero que poco a poco la imagen que me quede sea la de la persona activa y maravillosa que era, no la de una persona en una cama de hospital.
-Darme caprichos.
Esto ya depende de la persona. A mí me han traído todo tipo de infusiones, entre mi hermana y mi marido me he juntado esta semana con 7 infusiones distintas, una de ellas, un té al chocolate negro que me encanta y no es que me quite el dolor, pero ayuda.
A mi madre le preparo cosas ricas para comer, ayer le hice un arroz de los que le gustan, y lleno de guisantes de esos que no lleva la paella, porque se lo merece. Y hoy ella me ha hecho sopa de ajo, que le sale mucho mejor que a mí y llevaba días con ganas. Y me he dado unos cuantos baños con sales y potingues, que me encanta y al final siempre tiramos de ducha. Esto no quita las penas pero reconforta un poco.
-Buscar ayuda con los trámites.
Nosotros estamos recibiendo mucha ayuda con los papeleos tanto de la empresa de la persona fallecida como de un abogado que entraba con el seguro. Puede parecer una bobada pero dar de baja a alguien en la Seguridad Social duele mucho y a nosotros nos lo han evitado, y solicitar últimas voluntades...todo lo que nos eviten, mejor.
-Poder cumplir las últimas voluntades.
Esta vez fuimos a un tanatorio que no es el que usa todo el mundo aquí. Lo elegimos por proximidad del domicilio de los amigos y familia y porque él había jugado en su infancia en esos jardines, pero no esperábamos nada del otro mundo.
Pues además de una atención buenísima que hizo que el tiempo allí fuera menos angustioso, con café y canapés en la sala, con ventanas y mucha luz(el otro tanatorio es muy triste, siempre nos toca un sótano sin ventanas y no sabes si es de día o de noche) nos dejaron elegir una ceremonia a gusto de la persona que se ha ido, con las canciones que le gustaban, un texto que nosotros revisamos para estar de acuerdo...fue un acto civil acorde a quien se había ido, y eso nos dio la sensación de cumplir lo que él habría querido. Obviamente esto no soluciona nada, el que se va no vuelve, pero nos quita angustia porque sabemos que a él le habría gustado.
Y realmente esto es lo que he hecho siempre y lo que estoy haciendo ahora, una vez asumida la pérdida me lo tomo con calma, me hundo si tengo que hacerlo, no finjo que estoy bien cuando no lo estoy pero intento ir avanzando, me doy algún capricho, busco lo bueno e intento desconectar. Y pienso que él odiaría vernos mal, eso lo sé seguro.
Y tengo claro que si la situación me supera buscaré ayuda profesional, por ahora lo he ido llevando pero no lo descarto con mi madre, si veo que no puedo la animaré y acompañaré en todo lo que necesite, porque a veces, por mucho que queramos, solos no podemos.
Muchas gracias a todos por leerme, poner esto por escrito, aunque parezca una bobada, me ha ayudado. Muy feliz miércoles a todos y nos vemos mañana en un post reflexivo, no sé a que hora será porque estos días estoy madrugando un poco menos, pero me pasaré por aquí.
Un abrazo enorme para todos.