Hola a todos y bienvenidos un día más. ¿Qué tal va la semana? Espero que genial.
Hoy toca post improvisado así que aquí estoy con mi café bien caliente y muchas ganas de empezar, y sin más rollo, empezamos.
Hace mucho que no describo un paseo por la playa, por mi playa de Gijón, y es algo que me gusta mucho hacer de vez en cuando.
El domingo pasado fuimos a votar, y en esta ocasión decidimos ir tempranito, para pasear luego con calma por la Playa de San Lorenzo.
A las diez de la mañana, o quizás un poco antes, ya estábamos en la playa para disfrutar de la tranquilidad.
Decidimos bajar a la arena por una de las últimas escaleras, y empezar a recorrer la playa desde el final hasta el principio. No solemos hacerlo así pero ese día, como veníamos del colegio electoral, iniciamos el paseo por otra zona.
Al pisar la arena decidimos descalzarnos para caminar con los pies metidos en el agua. Lo hicimos con mucha ilusión y fuimos con muchas ganas hasta la orilla pero al notar el agua, que más que fría estaba gélida, no pudimos reprimir algunos gritos, aunque debo admitir que fue gracioso y nos reímos mucho.
Una vez pasado el fría inicial empezamos a disfrutar y nos relajamos. Caminábamos despacio y el mar estaba a nuestra derecha. En el agua había algunas personas practicando paddle surf, y yo me lo pasaba pipa mirando, qué apetecible, pero yo perdería el equilibrio en cuestión de segundos.
A nuestra izquierda estaba el arenal y justo encima de este, el paseo de la playa, que aquí todos llamamos "El Muro".
Por el arenal había todo tipo de personas. Junto a una de las escaleras había un escultor que siempre hace unas figuras de arena preciosas.
Un poco más adelante había varias parejas de jovencitos. Me encantan esas parejas poque las hay en todas las épocas del año, yo creo que salen en todos mis paseos. Es genial encontrarlos siempre llenos de ilusión y muchas veces dibujando corazones en la arena.
Cuando los veo no puedo dejar de preguntarme si esos amores serán para siempre o tal vez son algo efímero, fruto de la juventud. La mayoría de las personas de Gijón hemos vivido amores de ese estilo, muchos hemos ido a dibujar corazones a la playa y todos hemos creído que son para siempre, aunque no siempre lo son.
Al ver a esas parejas mi marido y yo recordamos la etapa en la que empezábamos a salir juntos, cuando los sábados pasábamos toda la noche por ahí, a veces en pandilla y la mayoría de las veces solos, y luego se iba haciendo de día...y a veces acabábamos en la playa.
Mientras caminamos recordando anécdotas de esos primeros tiempos vemos también algunos niñosjugando en la arena. Están salpicados aquí y allá, algunos están con su madre, otros con ambos padres y hay una niña que está con los abuelitos. Todos van descalzos y corretean, o juegan con esa arena dorada que tantas posibilidades para la diversión nos brinda siempre.
Desde hace años nos encontramos a gente haciendo deporte; la mayoría corriendo, algunos caminando con bastones y algunos echando su partido de fútbol. Es tradicional que en la playa se celebren esos partidos, nosotros conocemos a algunos de los jugadores y se lo toman muuy enserio.
Caminamos charlando, con los pies en el agua y el sol en la cara. Por el paseo de "El Muro" ya empieza a haber gente, la mañana va avanzando.
Nosotros llegamos a la escalera más importante, "La Escalerona" y observamos a los bañistas que ya están listos para entrar en el agua. A algunos los conocemos de vista porques on asiduos al Arenal de San Lorenzo, y otros no nos suenan pero se ve que van a menudo.
Y dejando atrás "La Escalerona" vamos llegando al final de la playa. La Iglesia de San Pedro hace sonar sus campanas, por tano son ya las once de la mañana. Hemos caminado muy despacio, disfrutando del momento, y ha llegado la hora de salir del agua. Sin pensarlo salimos por una rampa próxima a la iglesia y nos sentamos en un bordillo a quitarnos la arena de los pies.
Decidimos ir a casa caminado por "El Muro". Mi marido y yo empezamos a jugar a una tontería que nos hace mucha gracia; adivinar a donde va la gente segúun el aspecto que tiene, o la prisa, o por lo que va diciendo.
Y justo en ese momento empezó a llenarse el paseo de gente muy arreglada acompañando a niños vestidos de Primera Comunión. En ese momento jugamos a adivinar a donde iban los que no parecían endomingados, jejejeje.
Nosotros todos los años desde hace veintitantos, por estas fechas, hemos tenido bautizos y comuniones, y este es el primer año sin ninguna y se nos hace rarísimo.
Entre la gente endomingada también vimos a gente corriendo, a familias paseando con sus hijos y a algún grupito de amigas.
A nuestra derecha estaba el carril bici y pudimos ver a familias, a ciclistas solitarios y también a grupos de amigas, todos cabemos en el carril bici.
La terraza que hay al otro lado de la acera estaba llena, y es que el día invitaba a tomar algo al sol.
Y nosotros poco a poco fuimos caminando hasta llegar a la mitad de la playa, entonces decidimos dejar atrás el paseo del muro y emprender el regreso a casa rodeando un poquito y parando a tomar algo.
La verdad es que la mañana pasó de una forma entretenida y relajada, disfrutamos mucho y ese paseo por la Playa de San Lorenzo fue mágico, y meter los pies en el agua fue renovador. Luego volvimos a casa a comer y volvimos a salir para aprovechar la tarde.
Y realmente hasta aquí el post de hoy. Muchísimas gracias a todos y nos vemos el sábado con el repaso semanal y un especial.
Feliz jueves a todos.