Hola a todos y bienvenidos el último viernes del mes. Ya sabéis que hoy toca un repaso de los mejores momentos del mes.
Este ejercicio lo hago desde hace tiempo y me encanta porque siempre me doy cuenta de lo bueno, por difícil que a veces sean algunos meses siempre hay muchas cosas buenas a las que agarrarnos. Y cuando en algún momento deje el blog este ejercicio lo seguiré haciendo porque nos hace ver lo bueno.
Si os apetece ver los otros I currently loving los tenéis aquí o en la etiqueta I currently loving. Los de verano y otoño son los más bonitos.
Y sin más rollo empezamos.
Enero es un mes que empieza con la resaca de las navidades. Es el mes de los principios, de los propósitos de año nuevo y de las calles llenas de luces y gente cargada de regalos.
Y llegan los Reyes cargados de regalos y de roscones. Este año he tenido cinco, no sé si me han visto cara de hambre o qué, y lo peor es que me entraron 4 habas y ni un solo regalo, ainnnns, estoy gafada.
Pero la Navidad pasa y las luces se van, y hay que volver a la rutina. Así que de nuevo salimos a correr o caminar por la playa a primera hora, a turbar la paz de las gaviotas.
Y paseamos por lugares verdes, con árboles, con cielos muy azules y con mucha paz, lugares cerca de la ciudad que ayudan a desconectar.
Y los hijos proponen planes y nos vamos a pasear en un tren de vapor que tiene más de cien años mientras la imaginación se dispara.
Y después de algunos días de sol volvieron los días grises, días que aprovechamos para pasear por la ciudad, para ver las piedras de la iglesia brillar, esa iglesia que me trae tan buenos recuerdos y para respirar ese olor a cielo recién lavado.
Pero de nuevo llegó el buen tiempo y pudimos salir otra vez a correr y caminar por la playa, pasamos tardes sintiendo el rugir de las olas acompañando nuestros pasos.
Y poco a poco los días se van deslizando, y para saborearlos y evitar que se deslicen tan deprisa como esa arena de la playa entre mis dedos nos vamos al parque, a ver a los animales y llenarnos de recuerdos y color.
Y también fue el mes de las sorpresas porque gané un premio por enviar un truco a una revista y nadie me avisó así que un día que llamaron al timbre un repartidor me entregó un enorme paquete que contenía una chaqueta de lo más bonita y que me tiene enamorada.
Y el mes se despidió de la mejor manera, regalándome preciosos atardeceres. Este lo vivimos en familia, y allí en silencio, contemplando ese sol que se iba a dormir y esas vías infinitas que siempre me recuerdan un poco a la vida me di cuenta de la suerte que tengo a pesar de todas las cosas que a veces nos pasan, y cada día agradezco estar viva y poder ver estas puestas de sol.
Bueno, y hasta aquí el mes de Enero, el de la cuesta más empinada, el más tristón y el menos bonito pero que aún así está lleno de bonitos momentos, unos momentos que nos regala la vida y no podemos dejar escapar.
Muchísimas gracias por leerme y muy muy feliz fin de semana, tanto si os quedáis en casa a ver alguna peli o a estar en familia como si os vais a pasear pasadlo muy bien y disfrutad cada instante, que se van muy rápido y no vuelven.
Un besín y hasta el lunes.