Trucos: dos usos para el bicarbonato
Hola a todos y bienvenidos un día más. Estamos ya en el ecuador de la semana y toca compartir trucos. Hoy vengo en plan maruja, jejeje, con dos trucos de limpieza muy fáciles y eficaces. Y sin más rollo empezamos.
Bicarbonato para limpiar plata que se ha puesto fea
Me encanta la plata, es mi metal preferido por encima del oro y de cualquier otro, pero a veces se pone negra y da mucha rabia.
Algunas veces la limpio con productos específicos pero no siempre tengo en casa, y no me gusta mucho como huelen, la verdad, así que lo sencillo y casero es una gran opción.
Hace años, leí que sumergiendo los objetos de plata en agua caliente con sal y bicarbonato, pero en un recipiente de aluminio, quedaban genial, así que me animé a poner en una especie de flanera de aluminio lo recomendado; agua calentita con un poco de sal y un poco de bicarbonato. Luego revolví todo muy bien y dejé que mis pendientes, anillos y pulseras remojaran.
Cuando los saqué froté un poco con un paño y el resultado fue fantástico, la verdad, así que desde ese día es mi truco para limpiar todas mis cosas de plata.
Si queremos limpiar algo más grande que las joyas, por ejemplo un cenicero, el problema viene con el recipiente de aluminio. Pero aunque parezca complicado la solución es muy fácil, solo hay que forrar un recipiente del tamaño adecuado(una cazuela grande, una palangana...) con papel de aluminio, vamos el Albal de toda la vida, y luego hacer lo mismo que en el recipiente de aluminio, remojar los objetos de plata con sal, bicarbonato y agua caliente.
Y de nuevo el resultado es buenísimo. Es una gran forma de cuidar las cositas de plata que a veces se ponen feas.
Sartenes y cazuelas relucientes con bicarbonato
Este truco lo descubrí hace como año y medio y me encanta. Se puede usar para la parte de abajo de las sartenes, por ejemplo, que siempre quedan negras, o para alguna olla en la que hemos quemado la comida.
Yo tengo una cazuela en la que hace poco quemé comida. Podría jurar que había apagado la vitro pero al parecer no lo había hecho, y desde el salón empezó a olor a quemado y...menudo desastre.
Pues para eliminar semejante desaguisado solo hay que cubrir la superficie a tratar con bicarbonato, hay que ser un poco generosos, y añadir vinagre blanco.
Luego hay que esperar. Cuando descubrí el truco no había mucho acuerdo en los tiempos de espera; unos esperaban 5 minutos y otros horas, yo prefiero que actúe así que suelo dejar actuar toda la noche. Al día siguiente hay que frotar un poco, pero el resultado es espectacular y de este modo rescatamos piezas que podríamos dar por perdidas.
Y hasta aquí el post de hoy, un par de trucos muy sencillos pero eficaces y que nos salvarán la vida.
Mil gracias por leerme y nos vemos mañana.