Cuento los clavos
Cuento los clavos – En un pequeño pueblo, un niño pequeño vivía con su padre y madre. Los padres del niño estaban muy deprimidos debido a su mal carácter.
El niño se enfadaba muy pronto y se burlaba de los demás con sus palabras. Su mal carácter le hizo usar palabras que lastimaban a otros.
Se metía con los niños, los vecinos e incluso con sus amigos debido a su ira. Sus amigos y vecinos lo evitaban, no querian cruzarse con él, y sus padres estaban muy preocupados.
Su madre y su padre le aconsejan muchas veces para controlar su ira y desarrollar la bondad. Desafortunadamente, todos sus intentos fracasaron. Al tiempo al padre del niño se le ocurrió una idea.
Un día, su padre le dio una enorme bolsa de clavos. Le pidió a su hijo que clavara un clavo cada vez que se enfadara o perdiera la razón. El niño lo encontraba divertido y aceptó la tarea.
Cada vez que perdia los estribos, corria hacia la valla y martilleaba un clavo. Su ira lo llevó a clavar clavos en la cerca 30 veces en el primer día! Después de los próximos días, el número de clavos clavados en la valla se redujo a la mitad. El niño encontró muy difícil clavar los clavos y decidió controlar su temperamento.
Poco a poco, se redujo el número de clavos clavados en la valla. El niño decidió no perder los nervios en todo el día. Para los próximos días, no perdió los estribos, y por lo tanto no martilleó ningún clavo.
Cuento clavos
Ahora si, su padre le pidió que quitara los clavos cada vez que el niño controlara su ira. Varios días pasaron y el niño fue capaz de sacar la mayor parte de los clavos de la cerca. Sin embargo, seguía habiendo algunos clavos…
Un día el padre le preguntó señalando un agujero, “¿Qué ves ahí?”
El muchacho respondió: “un agujero en la valla!”
Él le dijo al niño, “Los clavos eran por tu mal carácter y fueron golpeados en las personas. Puedes quitar los clavos, pero los agujeros en la valla permanecerán.
La valla nunca tendrá el mismo aspecto. Tiene cicatrices por todas partes. Algunos clavos ni siquiera pueden ser retirados. Puede apuñalar a un hombre con un cuchillo, y decir que lo siento tarde, pero la herida permanecerá allí para siempre.
Las palabras son más dolorosas que el abuso físico! Usa las palabras para buenos propósitos. Utilizalas para cultivar las relaciones. Utilizarlas para mostrar el amor y la bondad en tu corazón! ”
FIN Cuento los clavos
Moraleja – Las palabras duras causan un daño duradero: Tenemos que procurar que nuestras palabras sean amables y dulces.
Este artículo es un contenido original del Blog de Cuentos para leer infantiles