CUENTO DE INVIERNO
Muy atentos niños, porque os vamos a contar un cuento especialmente dedicado para vosotros. El cuento de invierno trata de una niña muy simpática que se llamaba Ana. ¡Empezamos!
Cuento infantil de invierno
Érase una vez, una niña de 8 años que se llamaba Ana. Ella era una pequeña niña muy divertida y simpática que le gustaba mucho que su abuelo le contará los mejores cuentos para niños jamás contados.
Siempre estaba deseando que fuera fin de semana para ir a casa de su abuelito para que le contara un cuento de invierno, ya que en esa temporada hacia mucho frio.
Y por fin llegó el fin de semana, Ana, rápidamente cogió su pequeña maleta y se fue con sus papás a casa de su abuelo. Al llegar, que gran sorpresa, como si de hace muchos meses no lo hubiese visto. Le soltó un abrazo super super grande.
¡Que alegría abuelito! Por fin llegó el día y me volverás a contar un cuento de invierno. – dijo Ana.
Llegó la noche, y Ana se fue directa a la cama. Llamó a su abuelito y cuando llegó le dijo que le volviera a contar un cuento de invierno como hacia todos los inviernos.
CUENTOS DE INVIERNO
El abuelo empezó a contarle el cuento.
Escucha con atención, en esta noche fría de invierno… – empezó a contarle el abuelo.
Había una niña que soñaba con ver la nieve, pero sus papás no tenían coche para ir a la montaña. Un día, la gente comentaba en el pueblo que se avecinaba un frío desde otros países hacía su tierra. La niña que nunca había visto la nieve soñaba todos los días con poder acariciar el frío hielo con sus manos.
El frío llegaba a su tierra, pero no llovía, no nevaba. La niña llorando, les dijo a sus papás:
¿Porqué no podemos ir a la nieve? Me haría mucha ilusión.
Pero sus padres no tenían medio de transporte para poder llevar a su hija a ver la nieve. De repente, al día siguiente, el termómetro marcaba -3 grados y la niña se levantó corriendo de la cama.
Se asomó por la ventana y… ¡ESTABA NEVANDO!
Papá, mamá… ¡está nevando!
Por causas que no conocían, estaba nevando en su pequeño pueblo, era maravilloso, era como si de un cuento de invierno feliz habláramos.
La niña había rezado mucho esa noche de frío para que nevara a la mañana siguiente, y gracias a tener tanto entusiasmo y deseo, se hizo realidad.
La historia se hizo pública en todo el país, y la publicaron como el mejor cuento de invierno para niños.
¡Ssshhh! Ana ya se ha quedado dormida, mañana contaremos otro cuento dijo el abuelo.
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Este artículo es un contenido original del Blog de Cuentos infantiles