Esta mañana, las chicas de Mr. Trending me han mandado un mensaje privado a la página de Facebook. Me comentaban que me habían mencionado aquí en un post titulado “El boom de lo cotidiano a la hora de escribir un post”. Qué decir. Una oleada de orgullo y satisfacción me ha invadido, como os podéis imaginar, sobre todo al ver junto con qué otros blogs me nombraban. Blogs de los grandes, de esos que sigo fielmente y que son compartidos y visitados por miles de personas.
Pero “ohhh”. La chica de los jueves, antes “Mrs. Stressed”, al rato ha sentido que, inevitablemente, todo lo que sube baja y que las cosas no sé si son justas o en realidad es que hay gato encerrado. ¿Cómo es posible que lo que llevo haciendo más de tres años con más o menos acierto, TAN poco leído al principio, ahora se esté convirtiendo en moda? ¿Acaso todos esos blogs que están surgiendo de la nada y que quieren triunfar en un visto y no visto, también han leído páginas de márketing online y saben que ahora el ÑOÑISMO es lo que LO PETA?
¿Cómo sabremos ahora quién nos está contando la verdad y quién lo hace por tener visitas?
Verdad o ficción.
Nos toca afinar la vista y ver bien.
¿Verdades que esconden mentiras o ficciones basadas en verdades?
PARTE DEL BORRADOR 23/3/15 Y MÁS.
Cuántos artículos. Cuántos post y cuántos libros. Cuánta palabrería. Cada vez más. Cada vez hablando más fuerte. Cada vez escribiendo más alto. Y ya no me lo creo. Y no, que no creáis que miento para sacar un post de algo absurdo, realmente es algo que tengo en mente desde hace algún tiempo.
El boom del sentimiento. Ahora se lleva eso. Hace años eran los blogs de moda. Outfits all around, burgundy, tartán, tartón y tuntún (y algunas tontunas, también). Dabas una patada y salían cientos de bloggeras divinas que luchaban por posicionarse a toda costa y de conseguir tratos de favor por parte de las marcas. Ahora siguen habiendo, obvio. Pero creo que ahora lo que pega fuerte es oler a cafeína y mirar a través de ventanas blancas la lluvia caer e inundar amores pasados, vivencias presentes y sueños futuros.
O al menos, es lo más compartido (a los hechos me remito). Y bien. Y ahora digo yo…¿Acaso los bloggeros han descubierto la tecla adecuada que pulsar para llegar al público? ¿Acaso han descubierto que abrirse en canal ante el teclado es la clave de las visitas?
Y ahora bien. ¿Quién “se abre” porque no conoce otro modo de expresarse y quién ha optado por ese camino como vía fácil a los likes en masa? Supongo que hay un poco de todo, un término medio, un punto difícil de lograr que todos anhelamos encontrar. No “ponerles los cuernos” a nuestros sentimientos, pero sí, gustar más. Es como cuando se empieza una relación, ¿no? Al final siempre cedes un poco de tu forma de ser por lo mismo, para gustar más (cosa que muchas veces acaba siendo contraproducente).
Aún así, sea cual sea el motivo del Boom del sentimiento, creo que es importante y positivo que la gente se exprese, aunque sea únicamente en un blog. Porque todo el mundo necesita ser escuchado y entendido, o bueno, aunque no sea entendido, al menos escuchado. Todo el mundo debería escribir en un papel lo que piensa de todo aquello que le rodea y mostrarlo al universo. Sería genial y enriquecedor, y una vez más, nos sorprenderíamos de todos los puntos en común que compartimos los habitantes del planeta Tierra.
¿Pero qué pasa cuando las palabras te aturullan y se te amontonan? ¿Os acordáis de esa peli de Mel Gibson en la que escuchaba los pensamientos de las mujeres? Pues eso siento yo últimamente leyendo blogs, incluso el mío. Y somos tan, tan iguales. Todas queremos ser diferentes, todas nos creemos distintas y únicas en nuestra especie, pero no lo somos tanto, de verdad.
Todas tenemos ilusiones parecidas. Todas tenemos los mismos referentes y gustos similares. Todas queremos el final de cuento, el atardecer en el porche, el viaje inesperado, el armario de Carrie, un trabajo que fomente nuestra creatividad, unas amigas que duren eternamente. Cosas básicas en cualquier “Wishlist” vital. Y necesitamos ser escuchadas y comprendidas. Vernos en un espejo que nos haga sentir menos raras, que nos haga sentir menos solas.
Tal vez los blogs seamos eso. Chicas/os que en lugar de guardarse sus miserias, vida y milagros, las airean para sentirse mejor, que ya se sabe que las penas compartidas, son menos penas, y las alegrías siempre mola contarlas y fardar de ellas. No somos gente más admirable de lo que pueda ser nadie. No pisamos alfombras rojas ni nos paran por la calle. No cobramos NADA. La cagamos como las que más. Ni somos divinas, ni miramos siempre a través de una ventana la lluvia caer, con un bidón de Starbucks y un Mac sobre las piernas. Somos más de pijama de felpa, cuarto sin ventanas y portátil baratito. Todo es palabrería. Todo es postureo. Postureo sentimentaloide, que es lo que triunfa ahora.
Y muchas veces no sabemos qué hacer cuando no hay que decir nada, cuando es mejor estar callada. Porque lo nuestro es la diarrea verbal, el hablar y hablar. Y se nos corta la respiración cuando no salen las palabras. Cuando el sentimiento es tan fuerte que no sale, que no expresa, porque si expresa quema.
No sé qué pensaréis ni si estaréis de acuerdo o si pensaréis que me estoy pasando ya de largo. El hecho de que tanta gente lea este rincón últimamente me paraliza la libertad un poco, me encorseta las opiniones. Y no quiero que pase eso. Quiero que esto sea como siempre, como cuando éramos cuatro, como cuando compartían diez y pedía favores a mis amigas “Porfa, comparte…”. Quiero que siga siendo mi puerta al exterior y seguir escribiendo lo que me dé la gana. Así que si algún día pensáis “qué narices está escribiendo ésta?”, aunque no os guste ni lo compartáis, sabré que habrá salido de mi corazón y mi cabeza, sin márketing, sin vender el alma, sin competir. Siendo fiel a “la chica de los jueves”, porque le debo mucho, no sabéis cuánto.
Como le es fiel a sus principios y a su blog la mejor escritora que conozco. Ella es mi mejor amiga. Hemos crecido juntas. Vale más que cien mil millones de seguidores. Vale más que mil millones de visitas. Vale mucho, muchísimo. Y escribe como nadie, porque su alma es como la de nadie. Y la plasma, y la enmarca en cada texto. Igual algunos no sabéis de quién hablo, aunque cada vez la conocen más, pero os aseguro que algún día la veréis firmando libros. Estoy segura de ello y ella también ha de estarlo.
Tejetintas
Así que tras este rollo, quiero proponer algo a quien quiera aceptarlo.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Palabras que a veces sobran. Palabras que no sirven de nada a veces para consolar o para aconsejar. Porque más vale un abrazo o una caricia, o un simple “aquí estoy”.
Quiero una imagen que diga más que mil palabras, que me demuestre, que nos demuestre a todos que a veces, sobran.
Quien quiera, que me envíe fotos vía mail o Facebook, fotos creativas sobre lo que significa para ellos la vida, la escritura o el amor. Sobre lo que significa todo eso que no siempre se explica hablando.
Las mejores las iré publicando junto con la frase del día, que siempre tendrá que ver con la esencia de la fotografía.
Ahí queda eso, para quien quiera cogerlo.
M.
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