Dentro de la extensa cartelera de la que podemos disfrutar en España, encontramos Inferno, la tercera adaptación de las aventuras del profesor Robert Langdom creado por el escritor Dan Brown.
Después de la decepcionante El código Da Vinci , y de la acertada Ángeles y demonios, el director Ron Howard hace triplete con las adaptaciones y nos presenta Inferno, una película con rasgos similares a las anteriores pero con cosas diferentes, lo que la hace una entrega muy interesante para el espectador.
Respecto a la trama, El director cómo hizo anteriormente coge lo más esencial y lo desarrolla durante las dos horas de metraje. En este caso, el libro no tiene una historia tan compleja cómo podía tenerlo el ya nombrado Código Da Vinci. Nos encontramos con el profesor Langdom en la cama de un hospital, amnésico a causa del impacto de un disparo. Pronto el frenético ritmo de la historia se apodera de la pantalla. El profesor tiene que huir del hospital, y veremos cómo está envuelto en la espiral de acontecimientos creada por un millonario que asegura haber creado un virus que se propagará por el mundo para así salvar a la humanidad, el virus llamado Inferno. Con sus intrigas y acertijos históricos típicos de Brown, toda la película se desarrolla en el mismo día, en varias localidades de Italia, e iremos poco a poco, de la mano y a la vez que el protagonista descubriendo datos de la historia que irán cobrando sentido.
Repite Tom Hanks como profesor Langdom haciendo tándem con una Felicity Jones que al parecer ha hecho de 2016 su año. Las actuaciones de ambos son correctas, incluso en mi opinión Jones sobreponiéndose a Hanks en la pantalla, por extraño que parezca. En esta entrega Tom Hanks no consigue encontrarle el tono adecuado a su personaje, y en algunos momentos se le ve un tanto desubicado. Sin perjuicio de lo anterior, el director consigue que encajen a la perfección, consiguiendo esa ansiada química en las parejas cinematográficas.
Pasada la mitad de la película, esta flojea por la historia y por factores externos a ella. El director no consigue mantener el ritmo que nos estaba mostrando, y con ciertos giros de la historia un tanto forzados, y flashbacks metidos con calzador, la cinta pasa de buena a simplemente entretenida.
Como curiosidad, decir que el final a sus picado mucha controversia. En el libro, optan por la sorpresa, y el escritor crea un dilema o una reflexión sobre si alguien podría llegar a tener la potestad de realizar lo que en la película se explica, y que ocurriría si esto se diese en verdad. La película no siguen esta línea, y optan por el final fácil y que les asegura contentar a la mayoría de espectadores que mínimamente haya empatizado con alguno de los personajes.
Por último, la banda sonora corre a cargo del gran Hans Zimmer, que en este caso, queda en un segundo plano para dejar paso a lo que el director quiere, contar la historia relatada en el libro.
Inferno es una película entretenida, que no te arrepentirás de ver, pero de la que no saldrás emocionado al terminar de hacerlo.
Por @gonx94