La ciudad de Córdoba la encontramos en el sur de España, en Andalucía, y está ubicada dentro de la cuenca del río Guadalquivir el que atraviesa la ciudad, consta de un clima mediterráneo continental que hace que los veranos sean muy calurosos.
Córdoba puede presumir de que llegó a ser capital de la Hispania Ulterior durante el Imperio Romano y, más tarde, capital del Califato de los Omeyas, cuando los musulmanes controlaban la península ibérica. Esto hace de la ciudad un centro cultural e histórico de gran prestigio.
Además, si le sumamos el folclore típico de la zona, la convierten en un centro único para el turismo, en relación a este debemos mencionar que, como en todo el país hay una gran tradición taurina que muestra su historia en un museo dedicado a esta práctica.
El casco antiguo cordobés está formado por plazas y calles pequeñas, patios de los más curioso conocidos como los Patios de Flores considerados de interés nacional muy recomendables de visitar en primavera, todo ello desemboca en la gran Mezquita de Córdoba, este es el auténtico símbolo de la ciudad. El bosque de columnas, con casi mil, hacen de este edificio algo mágico, es tanto su poder que cuando los musulmanes fueron expulsados se decidió conservar por su belleza y se construyó la catedral de la ciudad anexada a la mezquita creando un espacio único de una mezcla cultural sin precedentes.
Córdoba también cuenta con el barrio de la Judería con calles adornadas con fachadas cubiertas de azulejos y rejas, un paisaje muy curioso. Cerca encontraremos la única Sinagoga de la ciudad.
Como en el resto de Andalucía, una de las actividades más preciadas de Córdoba es el paseo por su gastronomía, esta cuenta con gran afición por el tapeo donde los barrios de San Lorenzo y San Andrés son los puntos clave. Los platos típicos de la zona son los pescados variados, los guisos, el salmorejo y el rabo de toro. Además, de postre deberíamos probar el famoso pastel cordobés.
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