Aunque se tome a chanza, es una de las mayores preocupaciones de la actualidad para quienes, de manera planificada o no, decidieron tener un hogar. Todo ello, porque los costos y el propio mercado inmobiliario es cada vez más rudo, clasista y oneroso, sumado a otras complicaciones.
En la actualidad, quienes han podido acceder a fuentes de trabajo con un monto que les permita costear su vida (gastos esenciales y gastos impuestos / de placer), se han decantado por la construcción de su propio hábitat.
Los bajos precios y facilidades otorgados por los afamados remates bancarios han sido una panacea bastante eficaz, comprometida y abierta para quienes se han dado a la tarea de comprar una casa, en este caso haciéndola desde cero, una acción que termina dando más placer.
Los créditos hipotecarios, microcréditos, préstamos, son para algunos engorrosos y para otros inaccesibles. Hay también el sector que les teme. Pareciera pues que para comprar una casa se necesita suerte o simplemente, una herencia.
Preocupación al no poder comprar una casa
La cantidad de rupturas de noviazgos y/o matrimonios a causa de este factor es incontable, pero se percibe como incidente. Además, socava la confianza en el otro género (su contraparte) y se lleva a otras personas, esto lo que causa es discriminación, apatía, soledad.Las casas de acción social son escasas y ya los gobiernos no las ven como un negocio, salvo para las campañas electorales. Y los terrenos que eligen distan siquiera de estar en las llamadas ciudades dormitorio, sin más lejanos.
Y no a todos les da por comprar una casa a tan larga distancia de su sitio de trabajo o estudio o no tener las comodidades de las zonas urbanas o las más cercanas zonas suburbanas.
Es por demás frustrante y una preocupación que enferma el no poder tener su hogar propio porque su empleo, salario, línea de crédito, fiadores, referencias, etc., no satisfacen a las entidades bancarias.
El “mudarse con la familia” y construir en terreno ajeno, es una prueba de fuego para el amor y el interés, la cual vamos a evitar tocar.
Comprar una casa: Ocupación
Ocuparse es, pues, el norte debido. Ya incluso antes de conocer al ser amado, el sueño que se hace proyecto debería ser preconcebido y sobre todo, ajustarse a las vueltas que dé la vida.Porque a veces el destino se cumple pero no como uno planifica y cualquier devaneo puede quitarnos el empuje.
A veces, el alquilar es una opción, en especial cuando las parejas quieren o deben vivir ya juntas. Es plausible, pero un arma de doble filo, ya que el pago del alquiler podría ser parte del ahorro que acelere el llegar a la meta de la inicial + unos meses adelantado en la compra de una casa de segunda, tercera, nueva o del terreno para construirla.
Ocuparse es un trabajo mutuo y entre ambos, de hacer tripas corazón e ir de lo más humilde a lo más satisfactorio que no es más que aquello que ya es de ustedes porque el brazo y apoyo mutuo así lo permitió.
Ir paso a paso construyendo el piso para ser elegibles para créditos especiales para la compra de una vivienda. Eso no es que lo desearon hoy y en una semana han finiquitado el papeleo. No, tómense su tiempo, construyan un capital + ideas en paralelo a esa acción y además, planifiquen el cómo la costearán.
Comprar una casa cuesta más allá del dinero. Es la conjunción de deseos y el equilibrio de las fuerzas involucradas. Ya pasaron esas épocas en que la casa era del hombre porque la pagaba y luego de la mujer porque las leyes así se lo permitían.
Ahora la casa es de ambos y el legado que dejarán a los suyos o para otro que la herede se las compre. Lo que vale es el disfrute, el cobijo, el tiempo, la identidad y las ganas.
En fin, la demostración de que sí quisieron y sí trabajaron paso a paso, incluso en contra de todo aquello externo enfocado en destruir el ánimo de quien quiere comprar una casa.
El casado, casa quiere. Y quien quiere, busca la manera de poder.