Lo primero que tengo que decir sobre mi viaje a Marrakech es dedicar estas palabras a unos camareros muy amables y divertidos, a unos cocineros que hoy no se si siguen con vida y a los turistas que como nosotros, querían conocer un país islámico, ver de cerca sus costumbres y que no han vuelto a casa.
El 28 de Abril de 2011 algún desgraciado entró al Café Argana situado en la plaza Djema el Fna, plaza declarada patrimonio cultural de la humanidad, y explotó una bomba en la segunda planta, matando a 8 ciudadanos franceses otros 3 de otros países y cinco camareros y cocineros marroquíes.
Una semana antes de tal atentado, me senté en la misma terraza a ver la plaza y disfrutar de un Tajine de cordero con tomate y calabacín confitado y un cous cous de pollo con uvas caramelizadas y garbanzos. El Café Argana no es el mejor restaurante de Marrakech pero tiene una bonita vista de la plaza Djema el Fna, nos trataron muy bien, cenamos a gusto y extrañamente fue el único restaurante que repetimos durante nuestra estancia.. No tengo palabras para repudiar más fuertemente el atententado y la violencia sin sentido.
Fuera de esta tragedia, quiero compartir dos detalles de la gastronomía de Marruecos, comiendo por Marrakech.
La cultura musulmana se deleita con combinar los cinco sentidos en casi todas sus expresiones artísticas y definitivamente se esmeran en transmitir estas sensaciones a la comida.
En el Riad donde nos hospedábamos, nos despertaban con un delicioso desayuno en un patio nazarí con flores y una fuente de agua en el centro. El fluir del agua nos acompañaba mientras nos tomábamos el desayuno. Un desayuno con yogur casero, panecillos, unas crêpes con miel y zumo de naranja muy típico en todo Marrakech. El desayuno es acompañado por miel de naranjos muy aromática y obviamente un té a la menta marroquí que es lo más aromático de todo.
Fuimos también a un restaurante que se llama Al Fassia. Un sitio muy bonito lleno de plantas, espacios abiertos y decoración muy típica de Marrakech. Lo curioso es que es un establecimiento regentado sólo por mujeres y eso hace que tenga un carácter muy definido. La atención, servicio y comida son de muy alta calidad.
Intentamos tomar cosas diferentes y nos decantamos por un Tajine de cordero con tomates confitados y huevo que estaba cocinado a fuego bajo en el Tajine y especiado con la especia más importante de la gastromonía marroquí que se llama “Ras el Hanout”, que quiere decir “cabeza del cordero”. Es una mezcla de 35 especies que incluye, canela, clavos, cardamomo, comino, pimentón dulce, y 30 más. Delicioso. Me he comprado para mí. El segundo plato fue una Pastela marroquí de paloma. Es probablemente lo que más me ha gustado en todo el viaje. Tiene un crujiente muy logrado que contrasta con la carne especiada de la paloma con el dulzor de la miel y el aroma de canela.
Después de una semana comiendo por Marrakech les puedo decir que es un sitio muy recomendable para viajar en pareja para una escapada romántica debido a sus románticos rincones y sorpresas, sus lujosos Riads que encontrarás sólo en Marruecos y sus aromática y deliciosa gastronomía.
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