Hacía tiempo que tenía ganas de visitar Marrakech, y por fin tuve la oportunidad, una mini escapada de tres días, ya que encontré una súper oferta de Voyage Privé, y no me pude resistir.Nos alojamos en un hotel a las afueras de la Medina, el Kensi Club Agdal Medina, un hotel grande y bonito que, aunque tenía traslado en bus a la medina, no deja de ser mejor alojarse en un Riad en el centro. Llegamos sobre la una al hotel comimos y cogimos el bus al centro.
Lo primero que ves al llegar es la Mezquita Koutoubia, o de los libreros, la llaman así por los puestos de libros que la rodeaban en los primeros tiempos, es la más grande de Marrakech y sirve de orientación, ya que está al lado de la plaza Djemaa el Fna y al ser los edificios de baja altura casi puede verse desde todas partes.
La Plaza Jemaa el Fna es la plaza central de Marrakech, es un verdadero muestrario de la vida y cultura marroquíes, y fue por eso declarada Patrimonio de la Humanidad. Situada a la entrada de la Medina, esta plaza triangular rodeada de restaurantes, tiendas, hoteles y edificios públicos, es el escenario cotidiano de actividades comerciales y de diversiones. Es un lugar de encuentro para los habitantes de la ciudad, pero también para los turistas. Durante todo el día, y hasta bien entrada la noche, se pueden comprar frutos, degustar manjares tradicionales y encontrar una variedad de servicios tales como dentistas, curanderos, adivinos, predicadores, tatuadores de henna, poetas, músicos bereberes (mazighen), bailarines gnawis, y encantadores de serpientes.
La llegada a la plaza nos coincidio con el mercado bereber por lo que estaba masificada y nos resultó agobiante por tanto decidimos ir a ver el Museo Yves Saint Laurent y los Jardines Majorelle que aunque mucha gente lo considera como un lugar artificial, era uno de los lugares que quería visitar, como amante de la moda que soy.
Llegamos un poco tarde eran las cuatro y media y cerraban a las cinco y media, sacamos entrada conjunta museo y jardines.
El diseñador de moda francés encontró la inspiración entre jardines y zocos de la Ciudad Roja. Su recién inaugurado museo es una muestra de la influencia que esta región del norte de África tuvo en el artista; y viceversa. "Cuando Yves Saint Laurent descubrió Marrakech en 1966 quedó tan profundamente deslumbrado por la ciudad que inmediatamente decidió que quería comprarse una casa aquí. Cincuenta años después nos parecía perfectamente natural levantar aquí un museo dedicado a su obra, que tanto se inspiró en la cultura marroquí", dijo Pierre Bergé. Lamentablemente no ha podido inaugurarlo ya que murió en septiembre de 2017.
En 1980, el diseñador y su pareja Pierre Bergé adquieren Villa Oasis y el jardín Majorelle (declarado poco antes monumento histórico por iniciativa del modisto para impedir una operación inmobiliaria que lo ponía en peligro). El jardín había pertenecido al pintor Jacques Majorelle quien en 1937 crea un color azul intenso y claro a la vez con el que pintó su casa y luego el jardín para hacer un cuadro vivo que abre al público en 1947.Cactus, yuccas, jazmines, palmeras, cocoteros, bananeros, bambús y plantas acuáticas son algunas de las especies que desde entonces abundan en el lugar. Además, el artista creó un llamativo color azul con el que pintó las paredes del chalet y de todo el jardín.
En la actualidad los jardines cuentan con vegetales de los cinco continentes y más de quince especies de pájaros característicos del país, además de un Museo Bereber al que ya no nos dio tiempo a ir.
Y vuelta al hotel, esta fue nuestra primera tarde en Marrakech.
Look:
Chaqueta: Uterqüe
Jersey: Zara
Pantalón: Zara
Deportivas: Parfois
Bolso: Zara
Gafas de sol: Ray Ban
Funda del móvil: Hanek
Espero que os haya gustado y estaros atentos a los siguientes post!