El título original de la obra es La tragedia de Hamlet, príncipe de Dinamarca’. Fue escrita por William Shakespeare en algún momento entre 1599 y 1602. La trama transcurre en Dinamarca y comienza cuando el fantasma del rey Hamlet se le aparece a su hijo, también llamado Hamlet, y le pide que vengue su asesinato. El príncipe descubre a través del mensajero fantasmagórico que su tío y su madre planearon el asesinato de su padre y así comienza un descenso en espiral hacia la locura.
Hamlet es la obra más extensa de Shakespeare, y por su profundidad y fuerza es considerada la de mayor influencia del dramaturgo en la literatura universal. La historia ha sido utilizada como inspiración para centenares de otras piezas, y allí radica su universalidad, pudiendo ser modificada y vuelta a contar como si de una obra nueva se tratase, pero sin perder su esencia.
La obra de Hamlet explora en profundidad a los personajes y sus motivaciones, desde un príncipe turbado al enterarse que su madre y su tío conspiraron para matar a su padre; hasta la enamorada del príncipe que lo ve descender en la locura sin entender las razones. Como en toda tragedia, se espera un final cargado de muerte, remordimiento y sensaciones agridulces, pero Shakespeare llega a dicho momento construyendo un vínculo brillante con el lector. Cada página nos invita a conocer un poco más sobre la trama, y el desenlace no deja a nadie indiferente.
A la hora de recomendar libros clásicos, la obra de Hamlet no puede faltar en la biblioteca. Se trata de uno de los grandes clásicos universales que pese al paso de los años sigue ofreciendo riqueza en sus relecturas y en sus interpretaciones en los teatros más prestigiosos del mundo.
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