© Texto y fotografías: JAVIER PRIETO GALLEGO
Que llueva a cántaros o sople un viento que reviente los paraguas no tiene por qué ser la excusa perfecta para quedarse en casa. Resulta que hay paisajes que cobran un ímpetu insospechado cuando las aguas bajan a mansalva por las laderas de las montañas o cuando los arroyos no dan ya más abasto. También para los menos aguerridos hay opciones interesantes cuando afuera hace frío o no deja de caer agua. Una buena opción para esos momentos desapacibles es encontrar refugio en el interior de un cálido museo, repleto de salas y cosas interesantes que ver. Para unos y para otros, aquí van algunas propuestas a tener en cuenta si lo que de verdad quieres es no quedarte en casa.
01 EL POZO DE LOS HUMOS (Salamanca). Es una de las cascadas más impresionantes de la Península en cualquier época del año. Pero cuando de verdad pone los pelos de punta es cuando las lluvias caen sin parar durante unos cuantos días y los arroyos la ceban hasta reventar. Es entonces cuando se muestra con tanta potencia que da miedo solo mirarla, aunque sea desde la prudente distancia que brinda el balcón instalado en la orilla derecha del río Uces. La que llega desde Pereña de la Ribera. En esos momentos, tan impresionante es contemplar la fuerza del agua saltando al vacío como escuchar el estremecedor rugido que provoca en su caída.
El Pozo de los Humos. Vídeo.
Este vertiginoso salto de agua, de unos cincuenta metros de altura -casi los mismos que las cataratas del Niágara, por poner un ejemplo-, recibe su nombre de la cortina de agua pulverizada que se produce tras chocar contra el fondo del precipicio. Se localiza en el interior del Parque Natural Arribes del Duero y atesora también un alto valor ecológico. Su joya de la corona es la cigüeña negra, especie rara y bastante huidiza, que tiene algunos de sus nidos en esta zona de cantiles y despeñaderos.
Existen dos formas de disfrutar de este rincón de los Arribes salmantinos. Una es siguiendo el camino que parte desde Pereña de la Ribera hasta el aparcamiento, 1,7 km antes del mirador. La otra es tomando el camino que parte desde Masueco, conocido como la “Senda de Unamuno” en recuerdo a la visita que realizó el pensador siguiendo ese mismo camino. Son apenas tres kilómetros que se realizan en algo más de media hora. Esta última finaliza en un ventilado mirador que “vuela” sobre la cascada. No apto para quien sufra de vértigo.
02 EL SALTO DEL NERVIÓN (Burgos). Para precipicios, el que salta el río Nervión al poco de nacer: un pared de entre 220 y 300 metros -depende a quién preguntes-. En cualquier caso, una de las cascadas más altas de la Península y una de las más bellas. El problema es que solo puede contemplarse cuando llueve con ganas o deshiela. En verano su cauce aparece completamente seco aunque el paredón con el que se cierra el valle de Délica sigua siendo igual de impresionante.
La mejor forma de disfrutar de este espectáculo es hacerlo a través de los caminos que discurren por el interior del espacio natural de Monte Santiago, al norte de la provincia de Burgos justo en el límite con Álava. El acceso se realiza por la carretera que parte de Berberana hacia el puerto de Orduña. Si no hace mal día, una forma de aprovechar la visita a este espacio natural consiste en recorrer el llamado sendero de los Miradores de Monte Santiago. Tiene unos 6,6 kilómetros de recorrido y puede hacerse en unas dos horas. El paseo parte de la Casa del Monumento Natural y, tras recalar en el Mirador de Esquina Rubén, lleva hasta el Mirador del Salto, un balcón instalado al borde del precipicio que ofrece una vista de vértigo de este potente espectáculo natural. Lo mejor para asegurarse de que el salto va cargado de agua es ponerse en contacto con la Casa del Monumento Natural (tel. 947 35 16 22; móvil 661 11 09 21).
Precipicios en el Sendero de los Cortados. Monumento Natural de Monte Santiago. Burgos. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego;
03 CASCADA DE LA FUENTONA (Soria). La Fuentona de Muriel (en Muriel de la Fuente, claro) es una surgencia de agua tan profunda tan profunda que tiene, por ahora, el récord de la Península. Es decir, tras lo que se ve, un hipnótico ojo de aguas color turquesa por el que brota el río Abión se esconde un desarrollo de túneles subacuáticos tan hondos que lo espeleobuceadores aún no le han encontrado el final. Hasta ahora han llegado buceando hasta los 100 metros de profundidad de la Segunda galería y siguen con la exploración.
Pero si merece la pena acercarse cuando llueve hasta este rincón de la Sierra de Cabrejas es, además de para disfrutar de la belleza permanente de este ojo de aguas azules, para contemplar un espectáculo que solo se da en época de lluvias pertinaces: el de la cascada de la Fuentona o Chorro de Despeñalagua, un salto de agua por el que se precipita el arroyo de la Hoz antes de ir a parar hasta el recién nacido río Abión y hasta el que se llega por un corto desvío señalizado unos metros antes del alcanzar el charco de la Fuentona. El camino hasta ambos puntos se encuentra señalizado y forman parte del sendero circular que arranca en la Casa del Sabinar: tel. 975 18 81 62.
El arroyo de la Hoz se precipita en la Cascada de la Fuentona, dentro del Monumento natural de La Fuentona. Muriel. Soria. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
04 CASCADA DEL ARROYO MAZOBRE (Palencia). El Mazobre es otro de esos arroyos con cascada que no dan la talla de su valía hasta que comienza a llover o deshelar con ganas. En este caso, dado que su despeñadero se localiza en una de las laderas del Espigüete, en pleno corazón de la Montaña Palentina, la recomendación de llegarse hasta ella no es tanto por la espectacularidad del salto de agua, que no es de gran altura, si no por el deleite que propicia el paseo en sí a través de este impresionante entorno montañoso. El paseo está señalizado y tiene su inicio en la carretera que une Cardaño de Abajo con Cardaño de Arriba, a 2,5 km del cruce de Puente Agudín. Tiene 3 km de ida y 3 de vuelta por la misma pista y corre todo el rato paralelo al curso del arroyo Mazobre. En ir y volver pueden tardarse unas tres horas. En el primer kilómetro y medio se salva un apreciable desnivel, que luego se suaviza. Información: Casa del Parque de Fuentes Carrionas-Montaña Palentina: tel. 979 87 06 88.
Cascada del arroyo Mazobre. Senda del arroyo Mazobre. Parque Natural de la Montaña Palentina. Palencia. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
05 MUSEO SIERRA PAMBLEY (León). Si usted anda por León, llueve y ya ha visto la catedral puede que le interese saber que justo enfrente de la puerta principal de la catedral de León se encuentra ubicado uno de los museos más interesantes y menos conocidos de la ciudad: el caserón de tres plantas que don Segundo Sierra-Pambley compró en 1848 con el único propósito de impresionar tanto a su sobrina que cuando le pidiese matrimonio no pudiera decir que no. El caso es que se lo dijo y la casa, completamente montada, amueblada y compuesta con todo lujo de detalles se quedó sin el uso previsto. Andando el tiempo la propiedad paso a manos de un sobrino empeñado en levantar en León una sociedad educativa con los mismos ideales que la Institución Libre de Enseñanza, que comenzaba a arrancar en esos mismos años. La visita a ese caserón, que mantiene prácticamente intacto todo el mobiliario y decoración original, ofrece hoy un muy recomendable recorrido por lo que eran las formas de vida más lujosas de la burguesía leonesa de mediados del XIX. También un interesante repaso a la labor y logros desarrollados por la Fundación Sierra-Pambley, una entidad sin ánimo de lucro dedicada desde 1887 a la educación y la cultura (tel. 987 276 775; web: www.sierrapambley.org).
Piano construido por Vicente Ferrer en el siglo XIX. Sala de Música. Papel pintado de mediados del siglo XIX.Museo Sierra-Pambley. León. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
MAPA