© Texto y fotografías: JAVIER PRIETO GALLEGO
El arroyo Mazobre es un curso caprichoso y, en realidad, lleva agua cuando quiere. O mejor dicho, cuando sus acuíferos subterráneos están tan hasta los topes que ya no cabe más agua abajo. Entonces lo que sobra corre por arriba. Esto suele acontecer tras un otoño lluvioso o en una primavera en la que las nieves del Espigüete se vuelven líquidas a la velocidad que lo hace un helado en una playa de Almería. Es entonces cuando, casi seguro, quien vaya se encontrará al arroyo Mazobre cantarín y fresco como un periquito en celo, corriendo apresurado como lo hacen los ríos montañeros que quieren darse prisa por llegar cuanto antes al mar. En entonces cuando la cascada por la que se despeña un par de kilómetros antes de alcanzar el arroyo Lomas ruge con más fuerza y su cola es más densa.
Pero eso no quiere decir que quien vaya un día de estos no disfrute como un niño recorriendo uno de los rincones más bonitos y accesibles de la Montaña Palentina. Llegarse hasta la base de la cascada de Mazobre sigue estando todavía al alcance de casi cualquiera con un mínimo de equipo –buenas botas y bastones, sobre todo-. La recompensa: un paseo fácil e inolvidable por uno de los entornos más bellos de la Montaña Palentina.
El arroyo Mazobre es un curso de agua de carácter estacional que tiene sus fuentes en las laderas septentrionales del pico Espigüete, una de las montañas más emblemáticas de Castilla y León; enseña, junto al Curavacas, de la Montaña Palentina. El Espigüete (2.450 m.) es una montaña peligrosa en invierno, imprevisible, resbaladiza y traicionera que se cobra cada año alguna vida. Pero nada impide admirarla desde abajo, ponderar su hermoso perfil reflejado sobre las aguas del embalse de Camporredondo como quien se mira en un espejo, o recorrer uno de los vallejos que cercan su base.
El relieve de esta montaña es de origen glaciar. De aquellos glaciares que hace unos 10.000 años sepultaron la Península bajo hielo y que, al irse deshelando, arrasaron todo cuanto encontraban a su paso formando valles profundos, en forma de uve. Como cuando se pasa un dedo apresurado por un pastel de nata.
Pero el Espigüete es también una montaña hecha de roca caliza, por eso es tan gris en su cima. Y la caliza se disuelve muy bien cuando el agua y el CO2 van de la mano. Por eso también bajo el suelo del Espigüete se localizan tantas simas asombrosas, agujeros insondables por los que entra y sale agua jugando al “quetepillo”. Por eso hay también en sus laderas tantas rocas con formas caprichosas, de aristas cortantes y surcos profundos, dando lugar a los lapiaces –que dicen los geólogos-, grupos de agujeros y salientes sobre la cara de una roca, y las dolinas, depresiones originadas en el terreno tras el hundimiento de una bóveda subterránea.
Todo esto puede irse degustando en el ameno paseo, señalizado como sendero PR- P6– que corre desde el aparcamiento, donde se inicia la senda señalizada, hasta la base de la cascada, donde un pequeño mirador permite agarrarse a la barandilla y dedicarse un tiempo a disfrutar con los carámbanos que le cuelgan aquí o allá. Porque agua, más o menos, siempre tiene.
Desde el aparcamiento hasta la cascada se viene a tardar una hora, dependiendo de las paradas, y no requiere más pericia que seguir las balizas, con el curso del arroyo al lado derecho, hasta darse con la pared por donde salta.
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EN MARCHA. El inicio de la Senda de Mazobre se localiza en un aparcamiento señalizado en la carretera que une Cardaño de Abajo con Cardaño de Arriba, a 2,5 km del cruce de Puente Agudín.
EL PASEO. Está señalizado como PR-P 6 y tiene 3 km de ida y 3 de vuelta por la misma pista. Corre todo el rato paralelo al curso del arroyo Mazobre. Comienza siendo una pista ancha para después convertirse en senda bien marcada. A mitad de camino sale hacia la izquierda el ramal que sube hasta un refugio de montaña. En ir y volver pueden tardarse unas 2 horas. En el primer kilómetro y medio se salva un apreciable desnivel, que luego se suaviza. Información: Casa del Parque de Fuentes Carrionas-Montaña Palentina: tel. 979 13 94 01/ 686 19 29 74. Se puede descargar el folleto de la ruta AQUÍ.
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Source: Siempre de paso
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