Se localizan sobre el río Iguazú, en el límite entre la provincia argentina de Misiones y el estado brasileño de Paraná, y a poco más de 13 km. de Paraguay.
Un espectáculo protegido
Las cataratas del Iguazú (?agua grande? en guaraní) están totalmente insertadas en áreas protegidas tanto en la zona argentina como la brasileña en sendos parques nacionales.
Estas cataratas están formadas por 275 saltos, 80 % de los cuales están del lado argentino y el 20% del brasileño.
Un espectáculo aparte es su salto de mayor caudal (80 m) y también el más alto: la garganta del Diablo, el cual se puede disfrutar en toda su majestuosidad desde solo 50 m, recorriendo las pasarelas que parten desde Puerto Canoas, al que se llega utilizando el servicio de trenes ecológicos. Por este salto pasa la frontera entre ambos países.
Maravilla natural
En el año 1542, mientras realizaba una travesía desde el océano Atlántico hasta Asunción del Paraguay, Alvar Núñez Cabeza de Vaca divisó las sorprendentes cataratas del río Iguazú y las bautizó como «saltos de Santa María», nombre que con el tiempo fue reemplazado por su primitiva denominación guaraní.
Las cataratas del Iguazú se hallan dispuestas en una forma que parece una gran "J" inversa. En la margen derecha (norte) se encuentra el territorio brasileño, y del lado izquierdo (sur) se hallan los saltos argentinos.
Del lado argentino el visitante se mueve entre los saltos, no sólo en las pasarelas que permiten casi tocar el agua, sino también en los paseos en lancha, que permiten ir hasta al lado de las impactantes caídas de agua, e incluso acercarse a la Garganta del Diablo, si se parte en lancha desde territorio argentino.
En 1984 el sector argentino de las cataratas, el Parque Nacional Iguazú, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Posteriormente en 1986, el sector de Brasil, que se encuentra en el Parque Nacional do Iguaçu, también fue declarado Patrimonio de la Humanidad.
Turismo
Las cataratas son el principal centro turístico del noreste de Argentina, y uno de los principales de todo el país al igual que ocurre con la parte brasileña. Con ello, el volumen de visitante se acerca cada año a unas 300.000 personas.
Se pueden realizar paseos en lancha bajo los saltos y caminatas por senderos apreciando algunos animales de la selva semitropical.
El 22 de febrero de 2012 la fundación New7Wonder declaró estas cataratas como una de las «Siete maravillas naturales del mundo».
Al mismo tiempo, un estudio científico, publicado en la revista Science, la califica como una de las zonas protegidas más irreemplazables del planeta.