© Texto y fotografías: Javier Prieto Gallego
La calle de Miguel Íscar es una calle surgida con la urbanización llevada a cabo en la segunda mitad del siglo XIX. De hecho, discurre con el mismo sentido y orientación que lo hizo con anterioridad el ramal meridional del río Esgueva, uno de los dos brazos en los que se dividía a su paso por la ciudad. Entre los muchos problemas que generaba este ramal justo en esta zona, conocida entonces como El Rastro de los Carneros, era el de los malos olores provenientes de los desperdicios que arrastraba su exiguo caudal, dado que a él se vertían los del matadero viejo, los del hospital de la Resurrección y los de una población cada vez más numerosa.
Por lo dicho queda claro que la casa que habitó Miguel de Cervantes cuando vino a vivir a Valladolid, hoy rehabilitada y convertida en museo, no se encontraba, precisamente, en la mejor zona de la ciudad. Más bien todo lo contrario, ya que por aquel entonces el río, que prácticamente pasaba ante la puerta de la casa ubicada extramuros de la ciudad, era ya foco de enfermedades, malos olores, mosquitos y repentinas riadas.
Museo Casa Cervantes. Valladolid. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Aunque Cervantes ya había estado con anterioridad en Valladolid, llegó para quedarse a vivir en ella en febrero de 1603, siguiendo la estela de una Corte recién instalada en la ciudad con el propósito de resolver en la Chancillería la acusación que se le hacía de haberse quedado con fondos públicos procedentes de su oficio como recaudador. Por desgracia para él, su estancia en la ciudad se vio acompañada de un extraño y conocido suceso que acabó con sus huesos en la cárcel. Tuvo lugar la noche del 27 de junio de 1605 cuando un caballero con fama de mujeriego y galanteador, Gaspar de Ezpeleta, se las tuvo de capa y espada con un desconocido que acabó por recibir una estocada de muerte. El asesino huyó enseguida mientras el caballero agonizó durante dos días. Avisada la justicia, tomó ésta declaración a testigos y vecinos, de manera que se evidenció que en la casa del escritor, que convivía con cuatro mujeres de su misma familia, se recibían con frecuencia las visitas de caballeros de distinta y, a veces, dudosa condición, incluido el propio Gaspar de Ezpeleta. Se dio entonces por sentado que el asesino tenía, por fuerza, que haber salido de aquella casa y, a falta de otros sospechosos, se mandó detener al escritor, su familia y algún vecino hasta que terminó por aclararse el episodio, conocido como El proceso de Ezpeleta, y fueron puestos en libertad. Cuando la Corte salió camino de Madrid también lo hicieron el escritor y su familia.
Durante su estancia en Valladolid Miguel de Cervantes, que ya había escrito la primera parte de El Quijote, continuó su actividad literaria, escribiendo varias de sus Novelas Ejemplares, como El casamiento engañoso, El coloquio de los perros o El licenciado Vidriera. No es así raro que la ciudad aparezca reflejada en varias de ellas.
Museo Casa Cervantes. Valladolid. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
No solo está probado que el escritor y su familia residieron en las casas que hoy conforman este museo, sino que de todas las que se enseñan en España ésta es la única residencia en la que puede asegurarse que vivió Cervantes. Si bien, como es lógico, ha sufrido algunas modificaciones con el paso de los siglos, su interior alberga una recreación del ambiente que rodeó al escritor en aquella vivienda, y puede visitarse su escritorio, el dormitorio, la cocina, el estrado en el que las señoras de la casa recibían a las visitas. Además, alberga una valiosa bilbioteca cervantina y es sede de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción.
Datos prácticos: Calle del Rastro s/n, 47001 Valladolid; Tel. 983 30 88 10. Horario: martes a sábado de 9:30 a 15:00 h. Domingos y festivos de 10:00 a 15:00 h. Cerrado todos los lunes del año y los festivos 1 y 6 de enero, 1 de mayo, 24, 25 y 31 de diciembre y un festivo local. Web: museocasacervantes.mcu.es.
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