El 19 de abril de 1934 el cirujano R. K. Wilson, de visita en el Lago Ness, en las tierras altas de Escocia, fotografió a una presunta enorme criatura de cuello largo, que se asomaba en el agua.
La fotografía se publicó ampliamente en los diarios de la época, y tuvo un gran impacto. La gente comenzó a creer que en el Lago Ness, cerca de la ciudad de Inverness, vivía un espécimen prehistórico.
Desde esa fecha hasta el día de hoy, se han reportado anualmente supuestas apariciones del monstruo, pero nunca con evidencias fotográficas nítidas, o vídeos en los que se pueda ver algo concreto. Encontrar algo en el Lago Ness no es fácil, ya que el agua tiene un aspecto barroso, por las características del fondo y la corriente. Aún así, se han encarado expediciones muy bien equipadas, con cámaras de profundidad incluídas, que no han obtenido buenos resultados. Apenas, en uno de los casos, un vídeo de lo que aparentaría ser la cola de dos monstruos. Pero nada definitivo.
En 1994, Cristiano Spurling, cuyo padrastro era Marmaduke Wetherell, amigo de R. K. Wilson, declaró que la foto era falsa, un fraude armado por ellos para fomentar el turismo hacia el Lago Ness.
Como sea, gran parte de la gente sigue creyendo que Nessie es real, tal como ocurre con Pie Grande o el Yeti.
Google se tomó de esto y habilitó en el Google Street View la posibilidad de explorar el Lago Ness a través de Internet. Si se ingresa en este enlace, se puede acceder a las imágenes que han obtenido los submarinos que Google envió para fotografiar el interior del lago, tal como hizo con los automóviles que se ocuparon de tomar fotografías en la superficie.
No encontraremos a Nessie, pero, por lo menos, no podremos decir que no hicimos el intento…
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