05/08/2015: Nuestra entrada en Bélgica no pudo ser mejor. Lo primero que visitamos fue la abadía de la cerveza trapense de Orval. Una maravilla en medio de los bosques de las Ardenas.
Todo el mundo sabe que Bélgica es el mayor productor de cervezas distintas en el mundo. Se dice que tienen más de 500 tipos de cervezas distintas. Existen muchas cervezas de abadía, pero solamente 6 son clasificadas como cervezas de abadía trapense en Bélgica (de las 11 que hay en todo el mundo).
Uno de mis reclamos de este viaje a Bélgica era ver las abadías trapenses y degustar sus magníficas cervezas. De las 6, estuvimos en 5 (Orval, Rochefort, Westmalle, Westvleteren y Chimay).
De todas ellas, esta de Orval fue la cerveza que más me gustó. Con un insuperable sabor a lúpulo y levaduras que no encontré en las demás.
La abadía de Notre-Dame de Orval, es la única de las trapenses que se puede visitar. El resto fue ver los muros exteriores y tomar una de sus cervezas en el bar más cercano.
La abadía fue fundada en el año 1132. Hay una leyenda que dice que una duquesa llamada Matilde, perdió su anillo de casada de su difunto marido en un manantial. Llorando, se puso a rezar y una trucha saltó del agua con su anillo dorado en la boca. (lo que se convirtió en el símbolo y sello de esta cerveza).
Esta es la Fuente de Matilde:
El camino para llegar a la abadía de Orval es impresionante, atravesando los espesos bosques de las Ardenas, en los que teníamos que poner las luces del coche en algunos tramos porque los árboles impedían la entrada de luz.
La abadía se puede visitar, tienen una tienda donde venden los productos que fabrican, cerveza, queso, mermeladas, etc. También tienen copas y otro merchandising.
A pocos metros de la entrada, se encuentra un restaurante donde comimos y bebimos la cerveza Orval de grifo (único sitio en el mundo). De Orval solamente venden un tipo de cerveza, aunque en el restaurante se podía beber una cerveza añeja (con más de un año en botella).
En el interior, visitamos las ruinas de la antigua abadía. Esta es la parte nueva:
Fotos de las ruinas:
Inscripción en una de las tumbas:
Había un edificio en el que explicaban el proceso de fabricación, y en otro había una exposición con muestras en vitrinas:
Carteles con el símbolo de la trucha y el anillo en la boca:
También, como en otras abadías trapenses (Chimay), fabrican queso:
Fascinante paseo por las ruinas:
Antiguo claustro:
Entrada a las cuevas bajo la abadía. S. XVIII:
Escudo del año 1576:
Maqueta de la abadía:
Fue enorme en su época. Plano del año 1760:
Entretenidos caminando por la abadía casi nos cierran la tienda. Con los horarios tan distintos a los de España, en Bélgica casi todo lo que se puede visitar cierra sobre las 18:00 h o antes.
Contento a la salida de la abadía con una caja de 12 tercios. A un precio muy bueno, 19€
Tras esta visita, continuamos nuestro viaje a Bélgica, pero primero fuimos a ver el país vecino, Luxemburgo.