1. La sangre sanadora
En la antigua Roma, los gladiadores brindaban uno de los espectáculos más sangrientos y aclamados por la gente. Los guerreros luchaban a muerte entre ellos o contra feroces animales y luego eran sometidos al juicio del público y del emperador para ver si merecían sobrevivir. Sin embargo, otro detalle poco conocido es que la sangre de los gladiadores muertos era recogida y utilizada como bebida. Se creía que la sangre proporcionaba fuerza vital y que servía como medicina contra diferentes afecciones, entre ellas la epilepsia.
2. Sanación dorada
Hace varios siglos, el oro se utilizaba en las recetas médicas para tratar distintas dolencias. Su utilización como medicina estaba restringía a la gente de mucho poder adquisitivo. Algunos mascaban láminas de oro, y otros condimentaban sus comidas en forma de polvo porque se le asignaban propiedades curativas. Incluso hay registros de que los alquimistas del rey francés Luis XII (1601-10643) le hacían preparados con oro líquido para intentar ayudarlo a combatir las constantes enfermedades que lo aquejaban.
3. La música y la estética
Más adelante en el tiempo, durante el Renacimiento, la música fue una de las artes que más se extendió entre los diferentes niveles sociales. Sin embargo, el patriarcado una vez más le impuso restricciones a las mujeres. En aquella época, no se les permitía tocar instrumentos de viento porque “sus rostros no eran atractivos al ejecutarlos”. Por eso, se las invitaba a dedicarse preferentemente a los instrumentos de cuerda.
4. El origen de la palabra bancarrota
En la época del Renacimiento italiano, cuando un banquero efectuaba un fraude o quebraba, las autoridades le rompían el banco sobre el cual se sentaba para trabajar. Esta destrucción simbolizaba que el banquero no podría volver a realizar dicha actividad, pero literalmente lo dejaban con “la banca rota”. De allí que el término se fue expandiendo en su uso para aquellas personas que no tienen dinero para continuar con un negocio.
5. El tren y la medición del tiempo
Antes de la Era Victoriana, una de las más importantes para el desarrollo histórico, político y social de Inglaterra, todas las ciudades tenían un huso horario propio. Cuando llegó el ferrocarril, apareció la necesidad de unificar el sistema horario para poder conectar correctamente las ciudades manejando una programación estándar para los servicios de transporte. La hora oficial empezó a utilizarse y estaba mostrada en un gran reloj del ayuntamiento o de la estación de trenes, permitiendo a los vecinos saber cuál era la hora oficial del reino.
Estas son solamente algunas de las curiosidades de la historia, datos divertidos, ingeniosos y sorprendentes que nos permiten entender un poco más cómo llegamos al día de hoy. Comparte con tus amigos y con nosotros cualquier otra curiosidad divertida o sorprendente, así podremos seguir conociendo más a fondo nuestra historia.