El día 23 de abril volvemos a celebrar uno de los días preferidos de los lectores y las lectoras de todo el mundo, el Día Internacional del Libro. La fecha “23″ no fue elegida por azar cuando la UNESCO decidió dedicar un día al año a homenajear y potenciar el alma lectora; el 23 de abril de 1616 fallecían dos de los escritores que han marcado un antes y un después en el mundo de las letras, el padre de El Quijote Don Miguel de Cervantes y el insigne británico que elevó a otro nivel la lengua inglesa, el gran William Shakespeare. Desde el año 1926, el 23 de abril es un día en el que todas las bibliotecas celebran su amor por las letras y hoy desde Gretur Viajes queremos hacerles un pequeño homenaje. Hoy nos adentramos en tres de las bibliotecas más fantásticas de nuestro país; seguro que en estos maravillosos edificios encontramos uno o dos libros con los que echar a volar nuestra imaginación.
Biblioteca Nacional de Cataluña. Barcelona.
El día 23 de abril tiene nombre propio en Cataluña: Sant Jordi y en este día de rosas y libros merece la pena visitar una de las bibliotecas más fascinantes de nuestro país. La Biblioteca Nacional de Cataluña ocupa uno de los edificios góticos más importantes del noreste de España, el Hospital de la Santa Creu, en Barcelona. Construido entre los siglos XV y XVIII este impresionante edificio fue cedido como biblioteca y centro de documentación al pueblo barcelonés en el año 1931, pero el trasvase de los fondos bibliográficos no tendría lugar hasta después de la cruenta Guerra Civil (1940).
Hemeroteca, fonoteca, videoteca, sede de las oficinas del Depósito Legal en Cataluña, el edificio del antiguo Hospital ha recibido numerosos premios de arquitectura y diseño como, por ejemplo, el Premio FAD de Interiorismo (1995) o el Premio Nacional de Patrimonio (1998).
Biblioteca de las Escuelas Pías de San Fernando. Madrid.
Los estudiantes de la UNED - Universidad de Educación a Distancia- que residen en Madrid conocen bien este antiguo edificio remodelado hace unos años para albergar la biblioteca de la Universidad. El edificio ocupa una de las zonas más antiguas y castizas de la capital de España: Embajadores, Tribulete, Lavapiés? y es uno de esos rincones mágicos que no descubres a no ser que un amigo te lleve de la mano. Nos tenemos que remontar al lejano año de 1729 para encontrar su origen. En ese año un capellán de la vecina ermita del Pilar decidió habilitar un colegio para los niños y niñas desfavorecidos del barrio, el Colegio de San Fernando, más conocido como el Colegio de Lavapiés. Algunos años más tarde, en 1735, la escuelita cambió de nombre y de alumnos: pasó a llamarse Colegio de Nuestra Señora de la Portería y se convirtió durante largo tiempo en uno de los centros educativos elegidos por la crema y nata de la entonces pudiente sociedad madrileña.
Con distintos nombres y bajo la dirección de varias entidades públicas y religiosas, el edificio siguió cumpliendo su función educativa hasta su completa destrucción por un incendio en los primeros meses de la Guerra Civil Española. En el año 2002 la ya pujante institución de la UNED decidió apostar por su rehabilitación y hoy en día es una de las bibliotecas y centros de estudio más bellos de nuestra geografía.
Biblioteca y Centro de Documentación de las Artes Escénicas de Andalucía. Sevilla.
Este larguísimo nombre esconde uno de los edificios dedicados a los libros más preciosos del sur de España. Abreviado como CDAEA, el centro de documentación nace como tal en un año que nos recuerda a una “Expo“, 1992. En ese año la Junta de Andalucía decidió utilizar la antigua Iglesia de Santa Lucía de la capital hispalense para acondicionar el que se ha convertido el imprescindible punto de referencia de las artes escénicas andaluzas y españolas. El centro alberga actualmente más de 30.000 referencias bibliográficas que recogen la historia del teatro y la danza andaluces desde el siglo XVII hasta nuestros días, pero también dedica gran parte de su espacio y recursos a conservar miles de fotografías y piezas audiovisuales que dan cumplida cuenta del paso del tiempo en estas artes tan denostadas últimamente.
Imagen:«Biblioteca de Catalunya - Sala interior» per Josep Renalias - Treball propi. Disponible sota la llicència CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons