1 | UN AEROPUERTO DE DISEÑO
A Marrakech se entra por la puerta grande. La nueva terminal del aeropuerto Marrakech-Medina, construida en 2016, está considerada por Skyteam como la más bonita del mundo. Y te puedo asegurar que impresiona. El aeropuerto está inspirado en la arquitectura islámica y es una clara herencia cultural de Marruecos. El tejado de vidrio en forma de cúpula es espectacular.
2 | LA MEDINA
La primera toma de contacto con Marrakech te impactará: sus callejuelas y pasadizos, algunos solitarios y otros atestados de gente. Lo más probables es que llegues a la Medina con la maleta en una mano y el mapa en la otra (los taxis tienen prohibida la entrada), así que no te faltarán voluntarios para encontrar tu hotel. A cambio, eso sí, te pedirán dinero. Yo que tú declinaría todas las ofertas y me limitaría a disfrutar de un ambiente muy diferente al que estás acostumbrado.
3 | PRIMERA VISITA NOCTURNA A LA PLAZA
La plaza Jemaa el Fna es el lugar más especial de Marrakech, el epicentro de la ciudad. Y de noche resulta especialmente atractiva. La vida emerge por todos sus rincones con encantadores de serpientes, cuenta cuentos, danzantes, escritores, aguadores, vendedores de zumos y frutas… Y mucho vendedor de humo, claro. Puede llegar a abrumarte, así que tómatelo con calma.
4 | CENA EN LOS PUESTOS DE LA PLAZA
El lugar más estresante de la plaza es, sin duda, el de los puestos de comida. Pero también el más divertido. Tratarán de seducirte empleando todas las artimañanas posibles para que te decantes por su chiringuito: jurarán ser Arguiñano o se arrancarán con la canción de Mercadona. Todo para que los elijas a ellos. La competencia es dura, pero como es tu primer día en Marrakech y estarás mentalmente fresco, lo soportarás. Cenar allí tiene su gracia.
5 | AMANECER EN UN RIAD
Es uno de los momentos más especiales, sobre todo si viajas con tu pareja. Estos hoteles inspirados en residencias tradicionales marroquíes son un oasis en la bulliciosa ciudad. La insulsa fachada suele esconder un espectacular interior: patios ajardinados o una fuente central donde uno se olvida del sofoco del exterior. Allí se respira calma y tranquilidad. Y, con suerte, el amanecer puede resultar tan seductor como el de la foto.
6 | UN DESAYUNO COLORIDO
Los colores también serán los protagonistas de tu desayuno: los tonos amarillos, naranjas, ocres y rojos de las tortitas, pasteles y confituras recién hechas. El mobiliario, los zumos y el té con menta harán el resto para que sientas que estás haciendo algo especial.
7 | EL AZUL AÑIL DE YSL
No serás el primero en encontrar la inspiración Marrakech. Antes lo hicieron artistas y escritores. Uno de ellos fue el diseñador francés Yves Saint Laurent, que en 1980 se ocupó de restaurar el jardín Majorelle y convertirlo en su residencia. Allí también reposan sus restos. Este jardín botánico, que cuenta con 300 especies vegetales, es una de las grandes atracciones de la ciudad y, sin duda, uno de los lugares más evocadores de Marrakech.
8 | LA LLAMADA A LA ORACIÓN
Lo más probable es que la primera llamada te despierte en plena madrugada. Y tengo que decir que impresiona escuchar el Allahu Akbar en medio de la oscuridad y el silencio. Pero si el sonido no llega hasta tu habitación, durante el día tendrás la oportunidad de escuchar la llamada del almuecín. La ciudad está repleta de altavoces (antiguamente era el almuédano quien se hacía oir desde el alminar de la mezquita) para que nadie se olvide de rezar.
9 | UN TÉ CON MENTA EN EL CAFÉ GLACIER
Es uno de los clásicos en Marrakech. Las terrazas están allí por observar el trasiego constante de la plaza y para admirar las puestas de sol. No cobran entrada, pero sí obligan a pedir una consumición (la otra opción es el Café de France). El té con menta marida a la perfección con los dorados del atardece, singularmente intensos. El desierto parece emerger justo antes de dar paso a la oscuridad.
10 | LA GASTRONOMÍA MARROQUÍ
Te recomiendo probar un buen restaurante y disfrutar con platos más elaborados que los de los puestos de Jemaa el Fna. Nosotros elegimos un restaurante en el zoco llamado NOMAD y no nos andamos por las ramas a la hora de pedir. Elegimos los platos típico de la cocina marroquí: tayin de cordero, cuscús de verduras y hummus de diferentes sabores, además de un sorprendente zumo de aguacate. Me hice adicto a este sabor en apenas dos días.
11 | ATARDECER FRENTE A LA KOUTOUBIA
Es la mezquita más importante de Marrakech y su alminar, de 69 metros de altura y hermano de la Giralda de Sevilla, preside uno de los extremos de la plaza. Se trata de la construcción más alta de la ciudad, así que no pasa desapercibido. Por cierto, si lo quieres visitar de día, sólo podrás admirarlo desde el exterior. La entrada está reservada a los fieles que acudan a rezar con regularidad. Ni siquiera pueden entrar todos los musulmanes.
12 | UN PASEO POR EL ZOCO
Adentrarse en el zoco es una de las actividades más emocionantes que llevarás a cabo en Marrakech. Es un laberinto sin fin de tenderetes, tiendas y artesanos de todos los oficios. Si caminas sin rumbo es posible que te desorientes, así que no desesperes. Por la mañana es más animado que por la tarde, aunque siempre es igual de estresante: tendrás que regatear quieras o no, como en aquella escena de La vida de Brian. Lo que todo el mundo aconseja es que no pagues nunca más de un tercio del primer precio que te ofrezcan.
13 | EN CALESA AL PALMERAL
En la plaza Jemaa el Fna y alrededores se pueden alquilar calesas para visitar el palmeral de Marrakech, un parque milenario con 100.000 árboles que se encuentra a 10 kilómetros al norte de la ciudad. Este ecosistema proviene de la época almorávide, aquella tribu bereber que, antes de llegar a la Península Ibérica, fundó la ciudad de Marrakech. Puede ser una buena forma de entrar en contacto con el desierto sin irse demasiado lejos.
14 | LOS PALACIOS
Una buena forma de adentrarse en la cultura local es contratar a un guía y dedicar una mañana a visitar los principales palacios de la ciudad: El Badi y el Palacio Bahía, las Tumbas Saadíes y La Mellah, el barrio judío de Marrakech, rodeado aún por la muralla original. El antiguo mercado de las especias es especialmente interesante.
15 | UN HAMMAN
Si entraste a Marrakech por la puerta grande, saldrás a hombros si antes de marcharte visitas un baño árabe o hamman. En la ciudad hay numerosos baños públicos, aunque algunos riads también cuentan con un hamman privado. Una gran experiencia.