MAIMÓNIDES
Es muy difícil encontrar información donde se hable de Mujeres Filósofas en la Antigüedad. Un acercamiento a la Filosofía requiere de una mente abierta, un interés por encontrar respuestas a las cuestiones que nacen de la vida cotidiana, de nuestro ser en el mundo. Así que ignorar que existieron mujeres que se dedicaron a la filosofía en época antigua es marchar contra esa idea de: abrir nuestra mente, de abarcar en su diversidad el mundo que nos rodea. Simplemente se las ha ignorado o se las ha citado escasamente. Es muy agradable saber que, lógicamente, hubo mujeres que se dedicaron a la filosofía, y que ellas siempre han pertenecido a esa realidad por la que desde tiempos remotos los filósofos se han hecho preguntas. Es una gran idea tener a estas mujeres en cuenta, siempre que podamos hallar sus textos o referencias, para completar justamente nuestro conocimiento filosófico, aunque sea solo en un nivel puramente personal.
Solo el cambio perdura
HERÁCLITO
Intelectuales no tan lejanas en el tiempo como Madame de La Fayette, la más sabia de las mujeres, o Mademoiselle de Scudéry (siglo XVII) contribuyeron en sus salones parisinos al conocimiento y divulgación de la filosofía de estas mujeres de la Antigüedad. A partir de la década de 1640, un número notable de mujeres cultas ocupó un lugar principal en la vida mundana parisina, lo que dio lugar a la creación de numerosos salones intelectuales guiados por mujeres donde la información se transmitía desde un nuevo punto de vista. Apoyadas también por hombres importantes del mundo intelectual francés, estas avanzadas del siglo XVII dieron un notable impulso a este conocimiento del mundo filosófico antiguo.
Filósofas de escuela incierta
HIPO (siglo XII a. C.)
En el libro I de los Stromata, Clemente de Alejandría testimonia que Hipo, hija del centauro Quirón, enseñó a Eolo la observación de la naturaleza. Hay que tener en cuenta que en la antigüedad la observación de la naturaleza era una parte muy importante dentro de la filosofía. También Eurípides menciona en el libro IV de los Stromata que Hipo era una mujer versada en cuestiones astrológicas.
CLEOBULINA (570 a. C.)
Conocida vulgarmente con ese nombre por ser hija de Clóbulo, uno de los siete sabios de Grecia, aunque según palabras de Plutarco su padre la llamaba Eumetida. Ateneo en el libro X elogió sus enigmas en versos hexámetros, al igual que Aristóteles en el libro III de su Retórica. En el Banquete de los siete sabios Tales la llama “la sabia”, y en el índice de Plutarco aparece como “dedicada a la filosofía”.
Platónicas
ARRIA (siglo III)
En el capítulo II del libro De Teriaca se dice que Arria se consagró aplicadamente a los libros de Platón y que fue valorada con esta fama por los emperadores, en la época de Alejandro Severo. Se sabe que Laercio dedicó a Arria, “estudiosa de Platón”, su obra sobre la vida de los filósofos.
HIPATIA (370-415)
De Alejandría, mujer muy versada en cuestiones filosóficas y matemáticas (en la escuela platónica las matemáticas eran muy importantes). Hija y discípula del filósofo, geómetra y matemático Teón de Alejandría, más docta que su padre y maestro, este había conseguido una gran fama en la Galia. En el libro Historia Eclesiástica de Henri Valois aparecen estas palabras que citan a Hipatia:
Hubo en Alejandría una mujer de nombre Hipatia, hija del filósofo Teón. Esta alcanzó tanto saber que superó en mucho a todos los filósofos de su tiempo, sucedió a Plotino en la escuela platónica por él fundada y expuso a sus oyentes todas las ramas de la filosfía. Por eso, a ella acudían de todas partes los estudiosos de la filosofía.
Sinesio (filósofo neoplatónico) la estimaba mucho y tuvo correspondencia con ella, donde dirigía sus cartas “a la filósofa”, en las que se consideraba a Hipatia con numerosos apelativos honoríficos.
Dialécticas
ARGIA, TEOGNIDA, ARTEMISIA Y PANTACLEA (siglos IV-III a. C.)
Diodoro, filósofo dialéctico, tuvo unas hijas filósofas, Argia, Teognida, Artemisia y Pantaclea. Hay datos de que estas filósofas pertenecieron a la escuela dialéctica en el libro IV de los Stromata y en el Menéxeno del dialéctico Filón.
Cirenaicas
ARETE (siglo IV a. C.)
Hija y discípula de Aristipo de Cirene, fundador de la escuela cirenaica. Fue maestra de su hijo Aristipo, a partir de lo cual fue llamado “educado por la madre”. Denominación que también usaron para referirse a ella otros discípulos suyos como fueron el rey Lemuel o el emperador Marco Aurelio.
Pitagóricas
En la Antigüedad existieron muchas mujeres pitagóricas, tantas que Filocoro, gramático ateniense, escribió sobre ellas un volumen, conocido como Selección de mujeres heroicas. Los hombres creían que Pitágoras era de naturaleza divina, por lo que le llevaban a sus esposas e hijas para que las instruyera.
TEMISTOCLEA (siglo VI a. C.)
Hermana de Pitágoras. Según un testimonio que se encuentra en la obra de Laercio, “Vida de Pitágoras”, Pitágoras aprendió de su hermana la mayoría de las doctrinas morales. Según estos datos también se sabe que fue”sacerdotisa de Apolo en Delfos”, esto es interesante si tenemos en cuenta que los legisladores solían fingir que habían recibido sus leyes de los dioses.
ARIGNOTA (siglos VI-V a. C.)
Originaria de Samos, hija de Pitágoras y Teano y también discípula de su padre. Fue una escritora muy prolífica, entre sus títulos se cuentan las Báquicas, unos epigramas sobre los Misterios de Ceres, o cantos sagrados, así como los Orígenes de Baco, entre otras obras filosóficas.
En la obra El sueño de Escipión del prestigioso escritor de novela histórica Iain Pears, publicada en el año 2002, hay una interesante referencia a Hipatia y lo que le sucedió en el momento cumbre de su vida como filósofa:
¿Acaso no fue Hipatia la más grande filósofa de Alejandría, y una verdadera mártir de los antiguos valores de la erudición? Fue descuartizada por una turba de cristianos exasperados no porque fuera una mujer, sino porque su saber era tan profundo, sus habilidades dialécticas tan amplias, que reducía a un cohibido silencio a todos los que entraban en controversia con ella. No podían discutir, así que la mataron.
El título de esta novela histórica hace referencia a una importante obra de neoplatonismo titulada homónimamente; dicho texto clásico, que formaba parte de la República de Cicerón, ha tenido una gran influencia en la literatura y el pensamiento desde el Renacimiento.
No es que no hayan existido mujeres que filosofaran. Es que los filósofos han preferido olvidarlas, tal vez después de haberse apropiado de sus ideas.
UMBERTO ECO
Consultas
Historia de las mujeres filósofas, de Gilles de Ménage. Editorial Herder
Literatura, Arte y Pensamiento, Ana Suárez Miramón. Editorial universitaria Ramón Areces
El Sueño de Escipión, de Iain Pears
©ReyesLucena
Archivado en: Conocimiento Tagged: antigüedad, filosofas antigüedad, filosofia, mujeres filosofas