En esta ocasión, una de las intenciones del cineasta es la de recordarnos que lo más oscuro y terrorífico puede suceder a plena luz del día y no necesita escenarios lúgubres para ser igual de estremecedor.
Al igual que en Hereditary, Midsommar sigue de cerca a una protagonista femenina y se divide nuevamente en dos universos: el masculino (que busca ocultar emociones a las que sobrepone el deseo) y el femenino (que es catártico y expresa lo que siente, pero que el director busca acercar a la locura).
Desde el tráiler, Midsommar nos advierte que nos presentará nuevamente a una mujer perturbada, con grandes problemas y sufrimientos, y que toma a su novio como "ancla".
Una premisa que poco a poco podemos revertir al tener un mínimo de empatía: Dani (Florence Pugh) es una adolescente que carga con el peso de una hermana enferma a quien intenta ayudar sin saber cómo, y de una enorme tragedia de la que sólo busca salir.
Por el contrario, Christian (Jack Reynor) es un adolescente que sólo busca evadir la realidad a través del uso de drogas y aunque apoya a Dani intenta no involucrarse demasiado.
Imagen: Cortesía Corazón Films / Midsommar
Cuando Dani se une al viaje a Suecia planeado por Christian y sus amigos, se verá obligada a enfrentarse a una catarsis que aún no estaba dispuesta a afrontar, y al llegar a una comunidad marcada por costumbres exóticas frente a la muerte, encontrará en ellas el refugio que buscaba.
En la comunidad, no sólo logra convertirse en parte central de la ceremonia, sino que además se da cuenta de su propia realidad.
En cierto momento confronta a Christian y le dice que él podría hacer lo que otras personas han hecho en las festividades y le dice que él también sería capaz de abandonarla y dejarla a su suerte.
Es también en Suecia en donde ambos encuentran papeles distintos: el de él, un papel más cercano al deseo y a la procreación; el de ella, al de la cocina, al de lo femenino y después al de un aparente duelo colectivo.
Curiosamente cada uno se verá envuelto en dinámicas catárticas simultáneas rodeados de las mujeres del lugar.
Imagen: Cortesía Corazón Films / Midsommar
Sólo basta asomarse a algunas de las reseñas de Midsommar para descubrir lo que muchos leen: mujeres perturbadoras, "locas", mujeres que dan miedo.
Y aunque no es claro si ésta es la intención del director Ari Aster, es cierto que tanto Toni Collette como Florence Pugh se enfrentan a miedos y pérdidas que harían perder el control a cualquiera, y que es en esa crisis que buscan la manera de salir adelante sin saber cómo hacerlo. Son en realidad mujeres que buscan reencontrarse en situaciones extremas.
Aunque Midsommar no entra por completo en el género de terror, la mezcla resulta mucho más perturbadora que Hereditary y logra golpearnos tanto como su cinta anterior.