Anais Abakoni
Querido diario:
Quiero dar las gracias a la autora por este ejemplar porque sé que ha hecho un esfuerzo por hacérmelo llegar.
Sinopsis:
Esta colección de cuentos narra vivencias que transforman a sus protagonistas y que ocurren en los transportes públicos de Cuba, España, Indonesia, Japón y Suecia. Los cuentos transmiten emociones intensas, desde el amor a primera vista y la desesperanza, hasta el desasosiego, pasando por la euforia. En cada país te acoge una atmósfera diferente y que persiste tras cerrar el libro. En un caso te instalas en la desilusión ante una cotidianidad extenuante. En otro caso descubres la vulnerabilidad a la que nos condena la incomunicación. A veces sucumbes ante la gratitud hacia la vida. Palpas la hipocresía como estrategia de supervivencia o revives un trauma colectivo y que se sostiene a través de las generaciones. Aquellos que lean estos cuentos tienen garantizadas inmersiones en otras culturas.
Debo decir, antes de nada, para los que no lo sepan, guagua es una forma local de llamar al autobús, el bus, el urbano o como lo llaméis vosotros en vuestra zona, lo llaman así en lugares como Cuba o Canarias, probablemente en muchos sitios más. Dicho esto, vamos con el libro.
Seguro que has jugado a observar a personas sin que sepan que las miras e inventar toda una historia alrededor de la imagen que percibes (si no lo has hecho, te invito a que lo hagas, si además te gusta escribir, puede ser un bonito ejercicio de escritura). Bueno, ahora imagina que alguien ha decidido contar muchas de esas imaginaciones que tienen mucho más de verdad, de cotidiano y de costumbrista de lo que puedes pensar.
Yo soy del pensamiento de que no necesitas realizar grandes viajes y gastar mucho dinero para tener experiencias inolvidables, a veces es suficiente con subir en guagua. Los demás pasajeros son personas como tú, que van al trabajo, regresan del veterinario o que van de camino a coger un avión, tantas historias que van en cada autobús que son incontables. Imagina una colmena de abejas, todas relacionadas entre sí, así son las historias de los viajeros, no importa si fuiste a la otra punta del mundo o si solo decidiste ahorrarte unos metros para recoger a los niños del colegio. Cada persona encierra un mundo y a veces todos esos mundos se cruzan en un simple trayecto.
Dentro de un metro o un tren pueden llegar a viajar al mismo tiempo... ¿cuántas? cientos o miles de personas, y cada una de ellas lleva consigo el pensamiento del lugar al que va o de aquél al que regresa, sus motivos, sus anhelos... Nunca sabes cómo podrían sorprenderte si pudieras leer su mente, ¡o mejor! si pudieran contarte qué tal llevan el día.
Aquí no te vas a aburrir, encontrarás historias muy diferentes de orígenes completamente opuestos y que te harán pensar, sonreír o quizás otros sentimientos que no pensabas encontrar en un libro de viajes. Me pregunto cuánta verdad habrá en estas páginas de ficción. Si os ha picado la curiosidad podéis pedir el libro en vuestra librería de confianza y echarle un primer vistazo. No olvides dejar tu comentario, así sabré que estás al otro lado, como observándome desde tu asiento.
No volverás a subir a un trasporte público sin pensar en este libro.
Fuente: este post proviene de Diario de una Chicka Lit, donde puedes consultar el contenido original.
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