Este año cambiamos de hotel por primera vez, y nos adentramos hacia el parque natural de Yorkshire Dales, a un hotel rural de lo más pintoresco, era como vivir en una película inglesa. Lo que nos sorprendió gratamente fue la preciosidad del paraje natural en el que nos encontramos, en medio de las características colinas verdes del paisaje del norte de Inglaterra. Teníamos que recorrer unos cuantos kilómetros para llegar a Skipton, pero valía la pena, pues el paisaje era maravilloso. El hotel estaba en Kilnsey
Y era pequeño, aunque entrañable. Las habitaciones no estaban numeradas, cada una tenía el nombre de algún bonito rincón del lugar.
Como veréis en estas fotos el lugar era maravillosos. Las vacas estaban enfrente mismo de la puerta del hotel, y desde la ventana podíamos ver las ovejas pastando sin parar y recorriendo los prados, sin preocupaciones, simplemente disfrutando de la comida y del campo.
¿No os parece que el lugar era muy bonito? Además allí el otoño parece comenzar antes que aquí y ya se podían ver diferentes tonalidades de verde y marrón en las hojas de los árboles
Cuando llegamos esa misma tarde dimos nuestro paseo de rigor por Skipton
Y a la mañana siguiente nos fuimos al Auction Mart para visitar Yarndale, donde un año más disfrutamos toda la familia, no solo de la venta de lanas, sino de todo lo relacionado con su producción y elaboración
También había expositores que daban a conocer diferentes fuentes de obtención de fibras con las que fabrican lana. Allí estaban las alpacas y los conejos de angora
También había quien vendía patrones, chales, mantas... en definitiva, productos tejidos por ellos mismos
Para los que como yo améis este mundillo os parecerá como a mí el paraíso jajaja...
Tuvimos la suerte de ver en directo un recital de ukelele que nos encantó. Tocaban canciones muy animadas y fue muy divertido.
¿Os gusta el gorro que compramos? Los fondos obtenidos con la venta de estos gorros tejidos por gente anónima iban destinados a obras benéficas. Al igual que el dinero recaudado con la exposición de flores tejidas por gente de todo el mundo, los cuales iban destinados a la Asociación de Alzheimer. La exposición se llamaba Flowers for Memories, mirad los paneles que formaron con todas las flores que tejió y envió gente de todo el mundo ¿No os parece que el resultado era maravilloso?
Por mucho que buscamos fue imposible encontrar las mías jajaja... La fotos no hacen justicia a la belleza de los paneles al natural.
En fin, como podéis imaginar fueron unos días muy intensos y divertidos. Para nuestra familia ya se está convirtiendo en una tradición ir a Yarndale, algunos de los expositores nos reconocen de otros años incluso, y nosotros a ellos también. Es muy gratificante reencontrarte con algunas personas año tras año, aunque sea por unos días que te recuerdan y se alegran de verte. Espero que podamos repetir esta experiencia al menos alguna vez más...
El lunes nuestro avión partía de Manchester y aprovechamos para visitar esa ciudad en la que no habíamos estado. Otro día os enseño las fotos de algunos lugares preciosos que descubrimos allí.