La situación puede convertirse en algo cómico cuando ves en el mismo vagón del metro a gente con abrigos con forro de borreguillo (madre mía, exajerados no, lo siguiente, me pregunto qué se pondrán cuando haga un frío del carajo) y a otras personas luciendo su estupenda pedicura con chanclas de dedo (también éstos se pasan un pelo y, aunque sólo sea pensando en la practicidad, no me quiero ni imagianr lo que tiene que ser sufrir un pisotón en el metro por parte de los botines/botas que ya luce casi todo el mundo llevando los dedos tan a la intemperie).
Pero el colmo del absurdo es contemplar ojiplática como una misma persona puede lucir con soltura (y sin vergüenza ninguna, oye que hay que valer para ello) un set monísimo de bufanda y gorrito y...sandalias (esta vez no son de dedo pero vamos, que no es que taparan mucho más). Yo digo que o no se ha echado una última miradita en el espejo del hall (sí, ése que todos tenemos, admitámoslo) para intentar poner un poco de cordura en su look o es que la gente está tan descolocada por el tiempo que hace que, jugando al despiste, hace esa combinación tan singular pensando que así al menos siempre tendrá una parte del cuerpo a corde con la temperatura de la calle, aunque la otra esté pasando las de Caín.
Pues en esas estamos, sin haber hecho aún el cambio de armario (vergüenza debería darme, ya se sabe que en casa de herrero...) y jugando con mis prendas de verano tal y como lo hacía en este post voy pasando los días. Que ya que estamos, también ayudaría que l@s meteorólog@s atinasen un poquito más con su predicción (con todos mis respetos, que nadie se mosqueé, que ya lo que faltaba), porque si una se marcha de puente del Pilar con la maleta preparada para pasar un par de días en medio de lo que queda del huracán Joaquín y luego a penas cae una ligera tormentilla, pues una ha hecho el canelo con todas las de la ley.
¿Y vosotras? ¿Cómo pasáis las inclemencias del tiempo? ¿Alguna vez habéis ido super abrigadas cuando finalmente ha hecho más calor del esperado o al revés?