EL GUARDIÁN DEL TIÉTAR
© Texto y fotografías: JAVIER PRIETO GALLEGO
El castillo de La Adrada fue en el pasado una mansión señorial, diseñada y construida para demostrar a quien lo pusiera en duda quién tenía la sartén por el mango en el valle del Tiétar. Aunque el Señorío de La Adrada ya aparece en los papeles como posesión de don Ruy López Dávalas a finales del siglo XIV, es Beltrán de la Cueva, Duque de Alburquerque, quien en 1465 adquiere el territorio por donación regia, entre otros muchos terruños, y decide levantar en lo alto de la colina que domina la población de La Adrada un castillo como Dios y su orgullo mandan. Para ese entonces, ya hace tiempo que el peligro musulmán se ha alejado de las estribaciones meridionales de Gredos, junto a las que discurre el Tiétar, y el único sentido de armar un castillo radica en defenderse de los saetazos con los que a menudo se obsequian unos nobles y otros, siempre empeñados en tener más de cualquier cosa, especialmente de territorios poblados por páganos que sustenten cada particular tren de vida.
Si te animas a visitar esta zona para disfrutar de pueblos y naturaleza, reserva ya aquí.
Es así como don Beltrán y sus descendientes se van levantando esta hermosa fortaleza en medio de un paraje encantador, con impagables vistas a una sierra que siempre se muestra apetecible. Sobre la principal colina de La Adrada existía desde tiempos remotos una pequeña ermita que los hacedores del castillo no dudarán en integrar dentro de la construcción defensiva. Al mismo tiempo que trazan barbacanas, cubos y saeteras rehacen aquella ermita en nueva iglesia y estiran hacia arriba su ábside para acabar convirtiéndolo en torre del homenaje. Así, una de las particularidades que más llama la atención de la visita al castillo es descubrir junto a su patio de armas, la planta del estilizado templo que en su día contuvo tras las almenas. En el siglo XVII estas posesiones pasaron a formar parte de la Casa de Montijo y en XIX de la de Alba. Luego, entre unas cosas y otras, fue lamiendo como pudo sus heridas hasta que avatares impredecibles por don Beltrán de la Cueva lo han llevado a convertirse en un precioso centro de información para quienes quieran saber más sobre el largo, tendido y de visita imprescindible, valle del Tiétar.
La visita al interior del castillo
El acceso al interior de la fortaleza se realiza por su puerta principal, paso armado con un puente levadizo y dos cubos con troneras que franquean el paso al primer recinto defensivo. En él se abre la puerta del palacio que, del otro lado, conecta con el señorial patio porticado de dos plantas. En la planta baja, merece la pena asistir a la proyección de un video en el que se ilustra sobre el proceso de formación del castillo y visitar la Casa del Alcaide tal como se encontraba en el siglo XVI. Formada por una sala con chimenea y una alcoba, permite admirar un conjunto de zócalos de cerámica pertenecientes a la decoración original. Bajo el suelo del patio se hallan los grandes aljibes que recogían el agua.En la planta superior, se halla instalado el Centro de Interpretación Histórica del valle del Tiétar. A lo largo de varias salas se hace un detenido repaso por los principales atractivos turísticos y culturales del valle. En la primera de ellas, una gran maqueta permite contemplarlo en su conjunto y descubrir la ubicación de los importantes enclaves prehistóricos que contiene. A continuación, otra maqueta, ésta del propio castillo, centra la visita de la sala donde se sitúa el valle en su contexto medieval. Al lado, un montaje repasa los principales señores de la fortaleza y algunos visitantes ilustres, como Isabel la Católica, huésped en 1480. Una última sala presenta los principales atractivos de cada uno de los 29 pueblos que forman el valle.
La visita se completa con un recorrido por el interior de la torre pentagonal, con una atractiva sorpresa en su interior, y las almenas.
EN MARCHA. La Adrada es una población del abulense valle del Tiétar hasta la que puede llegarse, desde la capital provincial, por la N-403 hacia Toledo. Antes de San Martín de Valdeiglesias aparece el desvío que lleva por los Toros de Guisando hasta conectar con la M-501, luego C-501, que recorre el valle hasta Arenas de San Pedro.
INFORMACIÓN. Castillo: 690 873 136. Web: https://www.laadrada.es/que-visitar/castillo-museo/
EL VALLE DEL TIÉTAR. Son muchos los rincones atractivos que se localizan en el entorno del valle. Los Toros de Guisando, tras un cercado de piedra, son un enclave emblemático de Castilla y León. En ese lugar reconoció Enrique IV a su hermana Isabel la Católica como legítima heredera. Otros lugares de necesaria visita son las localidades Piedralaves o Pedro Bernardo.
OTROS DESTINOS EN LA PROVINCIA DE ÁVILA
DÓNDE DORMIR
¿Te apetece una escapada? Busca aquí tu alojamiento. Reservando aquí tu hotel o casa rural me ayudas a mantener este blog ¡Gracias! (esto no tiene ninguna repercusión para ti en el precio)
Booking.comSource: Siempre de paso