Sin oro ni prendas,
Vacía,
Sin alma ni aliento
Postrada ante un mar de lagrimas que yacían en mi pecho,
ergidas ante el sufrimiento,
aunque derrotadas desde sus raíces,
plagadas de muchedumbre efímera,
enfermas por librarse de mi
Viciosa adarga que jamás tumbó mi piel,
menos secó mis manos para hacerme invisibles las huellas,
de miedo mi corazón estalló,
esta vez para matarme, desgarrame
¡Vuelve! Llanto aturdido,
Hazte gritos de libertad,
esparce la saliva espesa que de mis labios corre,
sé la burla de mi prisionero y sucumbe en su agitada mente
¡Mentira!
mentira real como mis huesos,
tan invisible como mi sonrisa,
cobarde y hueca como mi espíritu,
engañosa y dolorosa como mi piel
Me cuesta abrir los ojos,
en sombras dibuje lo que mi alma entregó,
no me deja respirar la lluvia que agrieta mi piel,
y mi sonrisa desbordó las huellas de tus pasos
Cada segundo, el reloj desata la furia de mis entrañas...
Si ¡Sola!
Me he quedado sola
llena de ausencia,
y a explotar de dolor.