una astilla fina intenta trazar mi piel mas de una vez,
un suspiro causa un tornado en mi cabeza,
una mariposa en mi estomago es una vez más un capullo frágil
Soledad, querida soledad...
¿Acaso quieres delatar lo que queda de mi alma?
¿Acaso?
¡Epifanía! Si, amor efímero que rompe mis cadenas,
que se apodera del dolor y lo convierte en suicidio,
la adarga le fallo a su rey,
la espado supero la dura capa y ahora solo hay cimientos
Veinticuatro noches,
sabor a vino, sabor a sangre,
la desgracia nunca dejo de tocar la puerta,
nunca dejo de danzar detrás de nuestros ojos
Hoy,
una noche más con el café frío,
desabrigada, deshojada,
sin soldaduras, sin huesos,
a la merced de las lagrimas que han dejado el camino efervescente,
se han marchado junto a mi fe,
junto a mi
He muerto incluso antes de ver la luz acercarse,
he caído incluso antes de sentir como cada hueso se quiebra,
he quedado sorda incluso antes de oír tu voz,
aunque hoy...
Hoy una vez más he nacido, y esta vez justo antes de extrañarte.