El viaje comenzó en Madrid, donde cogí un AVE directo a Barcelona donde hacía la primera parada para recoger a mis compañeras y de ahí directos a Narbona. Se trata de una conexión en colaboración entre RENFE y SNCF, la empresa ferroviaria francesa. La colaboración permite el viaje directo desde Madrid hasta Marsella, pasando por Barcelona o Girona, por ejemplo. Una forma directa y sencilla de poder ir a la costa azul francesa. En Barcelona se subieron mis compañeros: Irene, de Irene cocina para ti; Raúl, de Contigo en la Playa; Belén, de Cupcakes a Gogo; Ana, de Ana cocinitas; y María, de María Cosbel. ¡Mejor compañía imposible!
Tuvimos la suerte de poder estar en la sala privada que hay en el vagón de primera, donde pudimos estar los seis disfrutando del viaje, riéndonos y preparando la experiencia. Un viaje rápido y cómodo que nos permitió comenzar de forma perfecta el viaje.
Nuestra primera parada fue el Chäteau lHospitalet, un pequeño castillo cobertizo en hotel y bodega, casa de los vinos de Gerdard Bertrand. Un lugar mágico donde estuvimos hospedados las dos noches que estuvimos en la región francesa. La verdad que el sitio es fabuloso y sus vinos me dejaron enamorado... Y eso que yo no soy un gran amante. Me sorprendió la gran variedad y el poderoso sabor de algunos de ellos, como los rosados, un tipo de vino que suele pasar desapercibido para mí.
El Château lHospitalet es la casa de la bodega de Gerard Bertrand y sus viñedos. ¡Todo un espectáculo para la vista y el paladar! ¡Me quedé enamorado de sus vinos!
El sureste francés siempre me ha llamado la atención y Narbona me ha enamorado... ¡Tenéis que ir! ¡Os va a encantar! Yo me he quedado con ganas de más...
Estuvimos visitando la ciudad de Narbona, una ciudad que tenía muchas ganas de visitar ya que el sureste francés y la costa azul son zonas que me atraen muchísimo: Montpellier, Narbona, Marsella, Carcassone... ¡Qué ganas de volver y de disfrutar de la zona!
Y la siguiente parada fue Les Grands Buffets. Si os gustan los restaurantes buffet tanto como a mí, este es un paraíso para vosotros. ¡Es un buffet a lo grande no... a lo gigante! Aquí podéis encontrar una gran variedad de platos típicos del país, desde casquería a comida tradicional que hacían las abuela, pasando por una zona entera llena de ingredientes para hacerte una ensalada perfecta o una gran variedad de foie gras.
Pero las zonas que más me llamaron la atención fueron la zona de mariscos, la rôtisserie, la zona de quesos y la de postres. ¡No os podéis imaginar cómo son estas zonas! La verdad es que la parte de quesos me dejó enamorado. Ahora mismo tienen 49 tipos de queso diferentes, todo un lujo para los amantes, como yo, de este lácteo. La verdad es que era mi perdición. Pero lo mejor de todo es que a partir de principios del año que viene, esta parte se va a multiplicar y van a tener más de cien variedades. ¡Brutal!
Si un restaurante buffet es algo que os apasiona, ¡les Grands Buffets os va a enamorar! Yo aún me acuerdo de su stand de quesos... ¡Necesito volver!
Y ya nos hablamos de la zona de los postres. Eso sí que era una paraíso para los que tenemos una pasión loca por los postres franceses: macarons, eclairs, pasteles, savarins... y todo coronado con una fabulosa fuente de chocolate en la que poder bañar las frutas... y cualquiera de los postres, porque ya que estábamos bañábamos todo. ¡Una delicia!
Y para terminar nuestra visita a Les Grands Buffets, tuvimos la suerte de pasar a sus cocinas, enormes por cierto, para cocinar por parejas en directo en Instagram. Yo tuve la suerte de volver a cocinar con Irene una de las recetas más míticas del restaurante: Langosta a la Americana. Un plato delicioso que creo que nos salió de maravilla. Mis compañeros Ana y Raúl montaron una torre de marisco; y Belén y María nos deleitaron con unos fabulosos macarons. ¡Fue toda una experiencia!
Y hasta aquí la pequeña crónica de nuestro viaje a Narbona con Renfe-SNCF y Les Grands Buffets. Gracias además a Tryptic Comunicación por organizar esta fabulosa experiencia para nosotros. Os recomiendo una visita a esta ciudad y a este fabuloso restaurante, una experiencia que tenéis que vivir una vez en la vida si os gustan este tipo de restaurantes. ¡Espero que lo hayáis disfrutado tanto como nosotros!