Y por fin la última entrega de este viaje a Copenhague, que casi tiene más partes que la saga de Harry Potter. Pienso que va bien que los post no sean muy largos, que os cansen y así hemos dividido los posts en etapas y podéis haceros una idea de lo que se puede visitar en un día con un bebé.
Nos quedaron millones de cosas por visitar: el zoo, cientos de parques, pueblitos de las afueras… aunque ya está bien, así tenemos excusa para volver
Pues bien, el último día era cortito ya que teníamos el avión a media tarde así que después de comer ya nos fuimos al apartamento a por las maletas y rumbo para casa.
Pero antes el día nos cundió mucho. Reservé el día de tiendas y de deco para el último, ya que al ser lunes me aseguraba el tiro y que las tiendas estuvieran abiertas.
Emoezamos nuestro día muy tempranito, con muchas nubes (al fin) y con el descubrimiento de un nuevo parque muy cerca del apartamento y con una tirolina que quitaba el hipo a cualquiera.
Para muestra un botón, Copenhague para todos los públicos.
Bien, después de nuestra dosis de parque nos fuimos a desayunar a un Expresso Café y empezamos nuestra ruta de compras por el centro. Indispensables, aquello que dices: no puedes irte de Copenhague sin verlas son Illums Bolignhus (unos centros comerciales que encontraréis en todos los países nórdicos y que tienen la mayor selección de marcas top):
¿Os suena ese carro? Creo que no he visto algo tan bonito en decoración en tiempo… Esos jarrones me tienen enamorada también, están en mi wish list desde hace taaaanto tiempo. Algún día. Los carritos los podéis encontrar en Hhhaus.
La verdad es que todo lo que sea de Normann Copenhaguen ya de por si me gusta, y puesto que estábamos en la mismísima Copenhague consideré que era oportuno llevarme alguna cosita, así que pronto os la enseñaré en el blog ya que formará parte de un nuevo rincón que estamos creando en el salón.
Aiixsss. estas tazas pantones me encantan!!! las podéis encontrar aquí.
¿Os suenan estos pomos? Son los que compramos en Noruega hace dos años en nuestro viaje de verano. Por aquellos entonces todavía no sabíamos si llevábamos una niña o un niño (aunque yo tenía claro que llevaba una Valentina) así que no nos mojamos mucho en cuanto a comprar. Aprovechamos para comprar los pomos y tunear la cómoda de ikea, que ahora forma parte del cuarto de otro pequeñín, así que estoy muy contenta de que siga teniendo vida.
Design letters por supuestísimo, los podéis encontrar aquí en 27 lletres.
Me encantaría un día poder deocorar una mesa así… cada tienda de copenhague, cada escaparate es como una foto de pinterest. Hice tantas fotografías, que tengo el móvil lleno de ideas para cambiar la casa de arriba a abajo.
La otra gran tienda que hay visitar es HAY, por supuestísimo:
El edificio es sí, es ya increíble. Unos ventanales enormes con vistas a la famosa plaza mayor. Me encantan las ventanas con repisa… ¿por qué son tan difíciles de encontrar aquí? Y ya no hablamos de las monsteras… que parece que haya tráfico para conseguir una!
Las sillas de HAY son una auténtica debilidad, me gustan todas, todas y cada una.
Algún día, cuando consiga convencer al Amore para reformar la cocina, abrirla y hacer una barra, habrá dos taburetes como esos (en blanco por supuesto) presidiendo nuestra cocina.
Después de tanta tienda y de que la peque casi sufriera un ataque si volvíamos a entrar en una de ellas, nos sentamos a comer en un restaurante del centro para tomar una hamburguesa. Fue el único día que lo hicimos, ya que como os comenté Copenhague es bastante caro, pero al ser el último día que estábamos allí ya habíamos vaciado y limpiado todo el apartamento.
Por la tarde terminamos nuestro itinerario en Tivoli:
Uno de los parques más antiguos de Europa y el lugar más visitado de Copenhague. El ticket te da derecho a la entrada pero no a subirte a las atracciones. Para cada atracción hay un precio, y pagas según quieras subirte.
La entrada al parque vale unos 20 por persona y puedes entrar y salir tantas veces como quieras, por lo que como sugerencia os diría que lo vierais por la mañana y también por la noche ya que uno de sus puntos fuertes es la iluminación. También se puede comer dentro, se ve que los restaurantes del Tivoli son de lo mejor de Copenhague. Nosotros no los probamos, aunque era curioso ver que estaban llenos de jubilados, así que seguro que se come de lujo
Por fin salieron las nubes, y cuatro gotas, para que engañaros, pero nos pusimos nuestros super chubasqueros. Eramos los únicos, nos miraban con cara rara, pero éramos los más felices de toda la ciudad.
Si algo me dejó enamorada de Tivoli fue su increíble lago con tulipanes alrededor. Parecían de mentira, tan grandes, con tantos colores… Realmente está súuper cuidado. Si os fijáis entre los parques de césped, hay como unas cuevas de ratones unos cortacesped automáticos en forma de ratón que son para morirse de la risa. Valentina flipaba con ellos!
¡Y además hay un montón de animalitos sueltos como patos o pavos reales!
Y así terminó nuestro día y nuestro viaje a Copenhague. Nuestro primer viaje a Europa siendo tres. Ahora ya estamos a un mes de hacer nuestro segundo viaje a Holanda, así que espero poder recopilar mucha información para haceros algún post con tips e itinerarios.
Si os perdisteis los post anteriores de nuestro viaje, los podéis ver aquí y aquí. Espero que os haya gustado, estaré encantada de leer vuestros comentarios. Muchísimas gracias por estar siempre al otro lado de la pantalla, por leerme y animarme a escribir más.
¡Hasta mañana!
Chubasquero rosa de Stutterheim