Esta semana se ha estrenado ‘Una educación' (‘An education') en nuestras carteleras, película que llega un poco tardía y que es la gran desconocida de cara a los Oscars, a pesar de haber cosechado tres candidaturas bastante importantes: mejor película, mejor guión adaptado y mejor actriz (Carey Mulligan).
La cinta, dirigida Lone Scherfig, nos traslada a los años 60, al seno de una familia londinense de clase media en la que los padres viven obsesionados por la educación de su única hija, Jenny, de 16 años. Ésta, es una estudiante modelo, inteligente y creativa, que se vive seducida por la idea de hacerse mayor y dejar de lado la rutina aburrida de su instituto y sus estudios.
Entre la presión de sus padres y la suya propia, Jenny lucha con todas sus fuerzas para alcanzar una plaza en la Universidad de Oxford y poder así realizar su sueño. Sin embargo, todo este proceso de madurez de la joven adolescente se ve acelerado por un encontronazo con David, un hombre mayor, atractivo y vividor, amante de la buena música, el arte y el buen comer, que encandila a Jenny hasta el punto de hacerle replantearse toda su vida.
¿Es realmente importante estudiar en un mundo dominado por el machismo de la época? ¿Verán sus padres con buenos ojos esta relación? ¿Ganarán las ganas de aprender de Jenny o sus ansias de salir de la rutina y divertirse?
Buenísima película, sobre todo el papel de la actriz protagonista, que inunda con su dulzura e inocencia un papel que cautiva al espectador de principio a fin. También valorar la visión de la directora para representar a la estricta sociedad británica, combinándolo con los sueños de juventud de cualquier adolescente.