Ramón Santos
Me llama la atención que una vez conocida la noticia de que a Bob Dylan se le había concedido el Premio Nobel de Literatura de inmediato comienzan a surgir comentarios al respecto. Y lo más llamativo quizás, al menos para mí, se produce una especie de debate en si es merecido o no. Al margen de lo que yo pueda opinar sobre el asunto, de lo que sí estoy totalmente seguro es que Dylan pasa olímpicamente de todo. El está por encima, es un rebelde como ya lo demostró en 1965 en el Festival de Folk de Newport donde sin pensarlo dos veces salió al escenario con una guitarra eléctrica junto a The Butterfield Blues Band. Una parte del público, atónito, le abucheó. Desde aquel momento ya nada sería igual en la música y especialmente en el Folk que comenzó su camino hacia lo que sería el Folk-Rock. Y de paso a aquel músico se le comenzó a mirar de otra manera.
Pero no solo eso. Bob Dylan fue influencia clara en las siguientes generaciones de músicos y en la suya propia aportando una nueva dimensión a través de sus letras. Hasta entonces la mayoría de las canciones no hablaban de temas profundos, sociales, política, etc. La poesía urbana de Dylan se extendió.
Influenciado por cantautores como Woody Guthrie y Pete Seeger, entre otros, Bob Dylan, cuyo verdadero nombre es Robert Allen Zimmerman como ya sabréis, emprendió un largo camino que le ha llevado hasta este instante en su vida profesional en el que es proclamado merecedor de un premio tan notable como lo es el de Nobel de Literatura. Quizás, ¿Por qué no?, este galardón se lo haya dedicado el cantautor y poeta estadounidense a aquellos compositores y músicos de los que tanto aprendió.
Incansable, Dylan sigue hoy trabajando en la música, creando, descubriendo y compartiendo pero también protestando, buscando la libertad, contando verdades. Amén de varios premios Grammy, un Oscar a la mejor canción en la película Wonder Boys, su entrada en el Rock and Roll Hall of Fame en 1988, y otros premios diversos como el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2007, no hace mucho, en 2012 se le concedió otro premio en su país, la Medalla Presidencial de la Libertad. En definitiva, Bob Dylan es sin duda, un personaje significativo y relevante no solo en la música y la cultura en general, sino que también lo es en nuestra sociedad.
Solo por todo esto, y al margen de opiniones, discusiones y debates no cabe la menor duda de que estamos ante una figura significativa e indispensable para entender la cultura y la contracultura de nuestro tiempo. Una aventura que Bob comenzó en Estados Unidos y que luego se extendería por todo el planeta. Una revolución en toda regla. Felicidades Dylan.
Os dejo además una serie de fragmentos de otros artículos relacionados:
Es una victoria histórica del rock’n’roll y es también un reconocimiento glorioso a un oficio y al tipo que prácticamente se inventó este oficio. Nos cambió la vida a algunos cuando escuchamos. Like a Rolling Stone por primera vez. Ya sabes, no entendíamos lo que decía, pero sabíamos que tenía que ver con nosotros. Nadie ha contado los grandes cambios del siglo XX a través de las canciones como Dylan. Quique González – EL PAÍS
Con su voz cavernosa, traje oscuro, camisa gris y elegancia hasta en el gesto más pequeño, Cohen, de 82 años, dedicó unas cariñosas palabras a Bob Dylan, flamante premio Nobel de Literatura y con el que comparte el lugar más alto en la admirada lista de cantautores que surgieron en los años 60. – “Para mí, (que Dylan vaya a recibir el Nobel) es como poner una medalla al monte Everest por ser la montaña más alta (del mundo)”. David Villafranca –LA RAZÓN
Si la Academia ha pretendido quitarle la solemnidad a la literatura, me apunto a eso. Si ese es el mensaje, el mensaje es bueno, porque significa que la poesía no ha muerto, que tal vez ya no haya que buscarla en un soneto sino en una canción. El rock iluminó el mundo. Eso lo venía haciendo la literatura. La gran novela americana no está en los posmodernos novelistas americanos, sino en la discografía completa de gentes como Bob Dylan o Lou Reed. Manuel Vilas – ABC
Dylan es en cierta forma la enciclopedia viviente de los tiempos que le ha tocado vivir. Unos tiempos que no se plasman en libros, sino en discos. […] Dylan ha sido escogido por la Academia y eso es bueno para la Academia. Al menos reconocen que la voz de una era igual no está entre sus paredes. J.M. Costa – eldiario.es