Se trata de Hasankeyf, una ciudad habitada desde la edad de bronce, antes de la invención de la escritura, y dónde asirios, romanos, bizantinos, árabes y otomanos, entre otras 15 culturas, han dejado huella.
Pero nada de esto ha importado para el gobierno de Turquía, que va a inundar la zona para crear la presa de Ilisu, en la cual trabajan desde 2006.
El objetivo es generar 4,300 gigawatts de energía al año, sin importar la destrucción del patrimonio, el daño ecológico, la oposición de la población y el desplazamiento de por lo menos 80,000 personas que perderán sus hogares.
¿Qué hay en Hasankeyf?
El lugar se considera un museo a cielo abierto, donde se puede disfrutar de una riqueza natural e histórica sin parangón en el mundo.Esto incluye una barranca llena de cuevas habitadas desde la prehistoria, pero su principal patrimonio viene de la época medieval.
Hasankeyf es considerada una de las pocas ciudades medievales islámicas que aún existen con una concepción urbana dividida en tres sectores: fortaleza, el centro comercial/teológico y los jardines suburbanos.
Tiene mezquitas que muestran toda la evolución del islamismo y es el único lugar en Anatolia con arquitectura del imperio timúrida.
Pero fuera de todas las maravillas que cautivan los ojos de los viajeros, lo más importante es lo que desconocemos.
Se trata de una zona de enorme interés arqueológico, pues no se ha explorado ni siquiera el 10% de lo que esconde bajo tierra.
“No es sólo nuestra historia, Hasankeyf es también tu historia, porque es la historia de la humanidad”, dijo Ridvan Ayhan, que encabeza una de las iniciativas para salvar la ciudad, a The Guardian.
“Un lugar con un potencial tan grande para conocer el pasado humano debe ser protegido a cualquier costo”.
La lucha por salvar Hasankeyf
Hasankeyf se encuentra en un valle bañado en el Río Tigris, un cuerpo de agua que permitió el desarrollo de las civilizaciones de Mesopotamia y que hoy traerá su muerte.La presa Ilisu, en el papel desde los años 50, detendrá las aguas de este río antes de que sigan su camino a Irak y Siria, y en cuanto esto ocurra el valle se inundará y con el se perderá este tesoro.
Desde que en 2006 el proyecto se puso oficialmente en marcha, la población de la zona se manifestó en contra.
Por ello surgió la ONG Save Hasankeyf, que han luchado por dar a conocer el lugar y crear conciencia de lo que se perderá cuando Turquía proceda con la destrucción.
La ONG es una coalición de 86 organizaciones ambientalistas, culturales, arqueológicas, de derechos humanos e incluso gobiernos municipales.
Aseguran que los beneficios del proyecto no justifican la destrucción de un tesoro cultural único en el mundo.
La energía que la presa va a proveer se puede obtener con proyectos de desarrollo sostenible, tales como el viento y el sol.
El dinero que la presa puede inyectar, se obtendría también de impulsar un turismo sostenible por la zona, que se beneficiara del patrimonio y protegiera la identidad local en vez de terminar con el.
Además esto evitaría el costo humano de que 80,000 personas pierdan sus hogares y modo de vida, pues aunque se ha comenzado a construir un nuevo asentamiento, este apenas tiene lugar para 700 casas, y se ha prohibido llevar los animales que se usan para el pastoreo, principal actividad de la población.
Reacciones internacionales
Además de su labor de difusión, la gente de Hasankeyf ha tratado de llevar su caso a escenarios internacionales.La UNESCO, encargada de la lista del Patrimonio de la Humanidad rechazó ayudar, bajo el argumento de que sólo pueden atender solicitudes de un gobierno nacional, cosa que Turquía no ha hará.
El ministerio de Cultura de Turquía, acorde con su gobierno, no ha contestado las llamadas y misivas que se le han enviado.
La Corte Europea de Derechos Humanos consideró que el caso para proteger la zona arqueológica era inadmisible, y los ciudadanos quedaron solos.
Reacciones en Turquía
El gobierno turco ya destruyó algunos edificios históricos en la zona para preparar su inundación.La víctima más llamativa fue el edificio de la Universidad de Hasankeyf, que algunos consideraban la más antigua de todo el mundo.
De entre los 300 edificios históricos de la ciudad, Turquía salvará únicamente 12.
Estos serán transferidos a 3 kilómetros a un llamado “parque cultural” donde algunos ya descansan, donde se les contemplará ajenos a su contexto cultural.
Mucho del patrimonio no puede moverse al ser de materiales sensibles o estar directamente esculpidos en roca.
Cabe notar que Hasankeyf se encuentra en la provincia de Batman, una región de mayoría kurda, un pueblo que busca su independencia y que desde los años 70 está en mayor o menor conflicto con el gobierno turco, pasando por momentos en que su cultura se ha prohibido.
Su aislamiento y falta de interés ha hecho que muy pocos viajeros en ruta lo conozcan, pues llegar ahí requiere de un viaje en autobús de más de dos horas desde Batman.
Turquía también ha dicho que la presa permitirá crear un turismo deportivo para desarrollar disciplinas acuáticas.
Bajo el agua una ciudad antigua se estará deshaciendo.