Pero hay otro tipo de turismo, otras motivaciones para viajar que a priori no nos planteamos, hablamos del turismo de salud, que es ese viaje que se realiza a un país y ciudad específica para recibir un tratamiento médico o terapéutico en concreto.
Un viaje para pasar unos días en un balneario por ejemplo forma parte del turismo de salud, y es que cuidarse está de moda.
No hace tanto tiempo, las operaciones de estética eran algo reservado a los ricos y famosos al igual que muchos tratamientos de belleza, sin embargo hoy en día, es algo que está al alcance de muchos.
Seguro que conoces a mujeres que se han operado el pecho o que se han hecho una liposucción o una rinoplastia, pero no es algo exclusivo de mujeres, los hombres también se van animando y cada vez es más habitual ver como preocupados por su aspecto se someten a diferentes tratamientos estéticos.
De un tiempo a esta parte ha habido un boom de españoles que están contratanto un paquete de implante de pelo en Turquia, los datos dicen que más de 10.000 viajan a Turquía cada año para hacerse un implante de pelo, y es que el ahorro es considerable.
En España un implante de ese tipo cuesta alrededor de 10.000 pero pueden costar hasta 15.000, un precio que muchos no pueden permitirse, pero en Turquía por unos 3.000 no sólo se incluye el implante de pelo, también está incluido el vuelo de ida y vuelta, el hotel, traslados y las visitas al médico.
Un viaje de este tipo, como en este caso a Turquía se puede aprovechar para recorrer y conocer por ejemplo la ciudad de Estambul.
Estambul es una ciudad fascinante que ha sido capital de sucesivos imperios a lo largo de los siglos, situada entre dos continentes, el europeo y el asiático, entre dos culturas que la han convertido en una de las ciudades más bellas del mundo.
Lo que no te puedes perder en Estambul
Estambul da para mucho, pero si estás aprovechando tu viaje de salud en Turquía y no tienes demasiado tiempo te dejo algunas ideas de lo que no puedes perderte:
Visitar el Palacio de Topkapi, una de las mayores atracciones de Estambul, el palacio fue un símbolo durante el período otomano y a partir del siglo XV y hasta el siglo XX se convirtió en el centro del poder. Una visita imprescindible.
Disfrutar de Santa Sofía, fue iglesia cristiana con el emperador romano Justiniano y cuando estuvo bajo el poder otomano se reconvirtió en mezquita, su cúpula adornada con mosaicos es una maravilla que no deja de sorprender.
Pasear por la Mezquita Azul, otra de las construcciones más impresionantes y características de Estambul que no puedes dejar de visitar.
Recorrer el Gran Bazar, una visita a Estambul no estaría completa sin dejarte encandilar por los colores y olores del Gran Bazar, especias, artesanía, dulces, alfombras…. todo es posible en el Gran Bazar un sitio único.
Estar entre dos mundos cruzando el Bósforo en un crucero, entre el Mar Mediterráneo y el Mar Negro es un paisaje que no olvidarás jamás.
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