Porque no hay nada más bonito que leer.
Porque no hay mayor responsabilidad que la de escribir.
Feliz noche.
LAMBUL
Mi padre solía repetir hasta la saciedad, “ojo, el que avisa no es traidor”. No os extrañe entonces que, desde chico, desarrollara una profunda aversión por todo aquello que me llevara a ser un judas o que tuviera connotación o relación alguna con el ingrato arte de la traición. Con tales precedentes y haciendo honor al refranero paterno, os aviso. Os aviso ahora que todavía estamos a tiempo porque, aunque más vale tarde que nunca, siempre es mejor pronto que tarde, al menos esa es mi opinión. Lo que no quiero es ser un traidor y que de nuestro malentendido nazca vuestra decepción ya que, como todo el mundo sabe, de aquellos barros vienen estos lodos.
Seamos claros, limpios y directos, que lo único que hace falta para ser sincero es decir la verdad. Esto no es un bar de Malasaña, no tenemos azúcar moreno, bombillas desnudas colgando del techo…
Ver la entrada original 477 palabras más
Archivado en: Relatos