En esta ocasión, nos pasearemos por el espacio de busca de un planeta que debería existir, pero que en realidad no existe…
No iremos demasiado lejos, permaneceremos en los confines de nuestro Sistema Solar.
Según la hipótesis de propone la Ley de Titius-Bode, esta ley afirma que existe una fórmula matemática, la cual relaciona la distancia de los planetas que forman el sistema solar, con la distancia a su astro rey.
Matemáticamente hablando, consiste en una sucesión numérica que relaciona los planetas con el Sol.
La Ciencia Moderna afirma que el Sol apareció hace 4.700 millones de años, comenzándose a formar la Tierra unos 50 años mas tarde.
También recordaremos de Zecharia Sitchin dedico más de 30 años a estudiar y traducir las “Tablillas Sumerias.”
También el poema “Enuma Elish,” nos cuenta como el dios Marduk creó el Universo.
El Enuma Elish nos cuenta el origen del mundo, donde Apsu (el Sol), fue el primer astro que existió, antes que la Tierra y el resto de los planetas, mas tarde se formó Tiamat (de quien hablamos hoy), mas tarde se formaría Mummu (actual Mercurio), colocándose en una órbita intermedia entre el Sol y Tiamat.
Posteriormente se entremezclaron elementos de Tiamat y Mecurio formando dos planetas, Lahmu (actual Marte) y Lahamu (actual Venus), colocándose Venus y Marte en orbitas intermedias entre Mercurio y Tiamat, siendo Marte la más próxima a Tiamat y Venus la más cercana a Mercurio.
Mas tarde se forman dos enormes planetas, Kishar (actual Jupiter) y Anshar (actual Saturno), que se colocarían en orbitas posteriores a las de Tiamat.
Aún mas tarde, algunos planetas comienzan a generar satélites, entre ellos surge Gaga (actual Plutón) que se forma siendo satélite de Saturno.
Cuando nuestro Sistema Solar poseía la forma que os describo, entra en escena el planeta Marduk o Niburo hace unos 3.900 millones de años.
Según la ciencia, hace 3.900 millones de años, ocurrió un cataclismo en nuestro Sistema Solar, Sitchin afirma que en las Tablillas Mesopotámicas está la respuesta.
Pero sigamos la historia “supuesta” de nuestro Sistema Solar…
Nibiru nos visito atraído por Ea (actual Neptuno) aunque nació de otro Sol, probablemente más antiguo que el nuestro, siendo Nibiru un planeta recién nacido, cargado de fuego y radiaciones, pero cargado con un gran tesoro, la semilla de la vida.
Nibiru entró en nuestro Sistema Solar con un movimiento inverso al sentido del movimiento de los planetas del Sistema Solar, generando impresionantes emisiones eléctricas sobre él, conforme se acercaba al resto de los planetas de nuestro Sistema Solar.
Cuando Nibiru se acercó a Neptuno, esto provoco un protuberancia en Nibiru, modificándole su órbita, lo cual provoco que se acercara más al interior de nuestro Sistema Solar.
Posteriormente Nibiru pasó cerca de Urano, provocando el desprendimiento de varios trozos de materia, lo cual generó 4 satélites que se quedaron rotando alrededor de Nibiru.
Más tarde Nibiru también altero a Tiamat, Marte, Venus y Mercurio.
A causa de Nibiru, Tiamat desprendió 11 trozos de materia, convirtiendo estos en sus satélites, siendo Kingu el más grande de ellos.
Cuando Nibiru pasó por las proximidades de Saturno, expulso al Plutón a los confines de nuestro Sistema Solar, creando este una órbita elíptica alrededor del Sol y convirtiéndose en el noveno planeta.
A causa de la fuerza gravitacional de Saturno y Jupiter, Nibiru volvió a variar su órbita hacia el centro de nuestro Sistema Solar colocándose en ruta de colisión contra Tiamat.
Conforme Nibiru se acercaba a Tiamat, uno de los siete satélites que poseía Nibiru, golpea y atraviesa Tiamat, para posteriormente colisionar Nibiru con Tiamat destruyendo sus satélites (a excepción de Kingu) convirtiendo la materia sobrante en cometas.
Posteriormente Nibiru siguió su órbita rotando el Sol, encontrándose nuevamente con el resto de planetas para abandonar definitivamente el Sistema Solar.
Pero aun no termina la historia, puesto que nuestro Sol ya había atrapado a Nibiru en su campo gravitatorio y pasado un tiempo Nibiru volvió a visitarnos.
En esta ocasión continuaron las descargas eléctricas y Nibiru volvió a golpear al dañado Tiamat partiéndolo en dos.
Posteriormente uno de los satélites de Nibiru golpeo una de las partes de Tiamat aproximándolo al sol junto con Kingu.
Nibiru volvió a golpear la parte de Tiamat que no había golpeado su satélite, destrozándola y convirtiéndola en el actual Cinturón de Asteroides, los cuales rotan (al igual que los cometas) en sentido inverso a la rotación de los planetas.
Tras toda esta serie de catástrofes espaciales, la parte sobreviviente de Tiamat se acomodo en un orbita entre Venus y Marte, tomo forma y es lo que hoy conocemos como Tierra, un planeta que recibió la “Semilla de la Vida,” de su planeta agresor Nibiru.
El satélite Kingu quedo rotando sobre Tiamat, Kingu es lo que hoy día conocemos como Luna.
¿Cómo los sumerios podían tener estos conocimientos?
Según Sitchin esos conocimientos les fueron transmitidos por los “Annunakis.”
Tiamat también según el Enuma Elish es una diosa-monstruo primitiva de la mitología babilónica, es el principio femenino del mar, representa el caos y es una hembra maléfica.
Fuentes:
http://xentinels.blogspot.com.es/2008/08/tiamat.html