Y un momento después, en busca de un poco de relax y paz mental, te sientas en el sofá, coges alguno de tus dispositivos electrónicos, y consultas alguna de tus redes sociales. Raro es el día que alguien no ha compartido una foto con algún mensaje del tipo: "Puedes hacer cualquier cosa que te propongas" o "Tú puedes con todo". Y esto puede afectar de dos maneras en tu estado de ánimo, puede ser que digas, "venga, no ha sido para tanto, voy a ver si mañana mejora el día, porque seguramente haga un sol radiante, el tráfico estará mucho más tranquilo, mi jefe me propondrá para un nuevo proyecto apasionante, y mi portero se dará cuenta de que he perdido peso". O puede ser que se te caliente la sangre y sientas una quemazón por todo tu sistema cardiovascular desde el dedo gordo del pie hasta la punta de la coronilla.
En mi opinión, todo depende de la exposición y saturación que tengamos de este tipo de mensajes. Cuanto más uses Pinterest, Instagran y otras redes propensas a extender este tipo de postureo, más fácil será que acabes hasta el moño. Y si encima tienes una profesión creativa y ves como hay gente que saca una suculenta tajada económica de repartir este buen rollo facilón mientras tú sigues con tu vida monótona y mileurista, que no ha cambiado en absoluto porque hayas llenado tu vida de láminas positivas? bueno, entiendo que puede generar fácilmente el efecto rebote. La primera vez que vi uno de estos objetos me gustó la idea, aunque fuera un poco pastelosa. Estábamos pasando tiempos duros, y supongo que un poco de optimismo era bienvenido. Pero rellenar nuestras vidas con merchandising de autoayuda, varios años después, parece que solo ha beneficiado intensamente a aquel que lo produce.
Supongo que un poco cansados de este fenómeno, han ido surgiendo varias voces contrarias reivindicando el derecho a señalar la falacia en este tipo de mensajes. Mr Wonderfuck es uno de los más descarados, y no voy a negar que me hacen mucha gracia sus mensajes, llenos de dosis de hiper-realismo y mala leche, y que seguramente tienen más que ver que mi personalidad. Frases como "Si estás alegre un lunes, eres imbécil" o "No molas tanto como crees", constituyen una guerra abierta al buenrollismo ilustrado. Y a mí me parece que están en su pleno derecho a equilibrar el espíritu pasteloso de super optimismo que nos rodea, desde las redes sociales hasta los corners de El Corte Inglés.
El fenómeno también se ha extendido a otros nichos en los que el postureo estaba a la orden del día, como el de los blogs y artículos para bebés. El Club de Malas Madres, también nace con este sentimiento reivindicativo anti ñoñería y para huir del postureo de cómo mola ser mamá, si lo que te ocurre es que hace meses que no duermes, tu hijo no come y no te da la vida para compaginar casa y trabajo.
Uno de mis últimos descubrimientos ha sido la cuenta de Twitter de @MissMalaCraft, donde la crítica se extrapola al fenómeno DIY, y lo que me parece más interesante, a todos aquellos bloggers/ gurús que aseguran que lo puedes dejar todo y dedicarte a fenómeno crafter, esgrimiendo razonamientos baratos y vacíos. Conceptos como "ser rico no es tener más dinero" o "eres infeliz porque no trabajas para ti mismo" abundan en este tipo de páginas. Y la receta acto seguido es que compres su curso online para emprender y ser feliz, con un contenido bastante etéreo en algunos casos y un copy-translate-paste en otros. Y/O, esta es mejor, que contrates una consultoría de varios cientos de euros para que te den la receta mágica que te va a permitir emprender y triunfar con tu negocio creativo artesanal. Y por supuesto, ser feliz. Ni Paulo Coelho apuntaba tan alto, oigan.
En definitiva, la conclusión de hoy es: mensajes positivos, sí, de vez en cuando y en su justa medida. No hay que llenarse la cabeza de pájaros convenciéndonos de que podemos hacer todos nuestros sueños realidad, ni hay que alardear de que nos mola tener pequeños fracasos para aprender. Pero esto es lo que pienso con mi estado de ánimo actual en el día de hoy, quizá mañana os cuente otra cosa.
-Noemi
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