Después de un buen tiempo sin publicar, me gustaría retomar este espacio con mi última aventura que fue hacer Ski en Sierra Nevada. Además, traigo uno de los vídeos más divertidos que he hecho, resumiendo la experiencia.
Pero antes, me gustaría hacer un paréntesis sobre el tiempo que estamos viviendo. La verdad que el 2020 para mí empezó muy bien y creo que nadie intuía lo que estaba por venir.
A últimos de año hice un viajazo que estaba deseando. Conocer Lanzarote, sus volcanes, sus tierras, el arte de César Manrique, el Timanfaya, sus playas… y fue espectacular. Además probé a hacer buceo por primera vez (a 12 metros de profundidad) en el Museo Atlántico. Para prueba, otro de los vídeos más espectaculares que he hecho nunca: buceo en Lanzarote. Fue brutal vivir todo eso y despedir así el 2019, con ese sol y belleza característica canaria.
Empezó 2020 y con él muchas buenas noticias. La primera y mejor el nacimiento de una niña en la familia (después de 30 años), la siguiente un perrito rescatado, una boda que tendríamos en verano (después de otras 3 décadas sin ninguna), la compra de una casita con campo por otro familiar y muchas cosas más. El 2020 venía con fuerza. Estábamos encantados y muy felices. Además, a finales de enero hice un viaje express de dos días con mi mejor amiga para celebrar mi 30 cumpleaños a Ibiza. Que aún no la conocía y me encantó.
Todo eran buenas noticias y muchas ganas de ir viviendo todos esos acontecimientos especiales hasta que llegó marzo. Al menos, en febrero tuve otro viajazo: esquiar en Sierra Nevada. Estaba programado desde hacía unos meses y aunque yo soy un poco patosa y no se me da muy bien esquiar, me apetecía vivirlo, por hacer algo distinto y por qué no, probarme a mí misma.
Antes de nada, si no quieres comer nieve como yo todo el tiempo, te recomiendo este pequeño curso de esquí. Tu culo te lo agradecerá jaja.
Estuvimos del 8 al 14 de febrero de viaje. Primero disfrutando de Granada, recorriendo sus cuestas y calles empedradas, sus miradores, su arte… Como no, visitando, por segunda vez, su joya: la Alhambra.
Y de lunes a viernes en Sierra Nevada disfrutando con la nieve, con sus montañas blancas, sus espectaculares atardeceres, sus picos nevados, las vistas flipantes desde nuestra ventana, las caídas e intentos por esquiar… Estuvo muy divertido. Podéis verlo en el vídeo.
Ski en Sierra Nevada
¡Una buena aventura sí señor! Que no os engañe mi soltura porque me fue de pena jajaja. El primer día sobre todo, no atinaba. Me costaba muchísimo controlarlo, iba más rápido de lo que quería, me caía al girar cuando había un poco más de pendiente, no conseguía esquiar con las piernas más cerradas… No sentía para nada ningún control y la sensación era de puff, qué desastre dios mío. Al final de ese día algo pude mejorar y en los siguientes igual, aunque iba por rachas. A veces se me daba algo mejor y en otras de nuevo se me iba y me sentía un pato mareado.
En resumen, se me dio peor de lo que esperaba, pero al menos, en algunas pistas fáciles me sentí muy bien. Ni hablar de probar las azules o rojas. Está guay cuando consigues controlar, dirigir un poco los esquís y llegar hasta abajo exitosamente. O lo que es lo mismo, sin caerse. Esa sensación de flotar, volar, de velocidad e ir girando sintiendo la nieve bajo tus pies mientras te deslizas es única. Además, nos hizo solazo todos los días!
Gráfico del día 2 de esquí con todas las pistas, tiempos, metros…
Tengo que decir que algunas pistas verdes no eran tan sencillas como puede parecer porque eran largas, tenían tramos de pendiente, giros y para ser un inexperto oye, no estaban mal. Además que había muchas a distintas alturas o niveles. Recuerdo de una pista que disfruté mucho que iba por la ladera por un carril más estrecho con curvas, muy buenas vistas y con una buena caída, si te despistabas. Aunque mi compañero que sí tenía más experiencia y dominio, se atrevió el último y tercer día a probar la pista roja más complicada de todas (panorámica 1) que daba miedo solo al verla. Parecía vertical.
Si no quieres que se te dé el esquí tan penoso como a mí, te recomiendo un curso de esquí de 2 días. Mejor que te vaya indicando un experto y vayas cogiendo un poco de soltura.
El apartamento en el que estábamos en la urbanización Alta de Sierra Nevada tenía unas vistas alucinantes. Uno de los mejores regalos fue disfrutar cada día desde allí de unos atardeceres de infarto. Asomarse a la ventana y ver esos colores, las montañas nevadas del Veleta y el Mulhacén, las vistas sobre el valle y el pueblecito a más de 2.300 metros de altitud.
El último atardecer, además, nos dejó boquiabiertos. El cielo estaba cubierto por un manto de nubes tupidas a nuestros pies mientras el sol caía para dejarse de ver y teñirlo de tonos rosados.
Otra anécdota del primer día fue, que como no había suficiente nieve para los remontes más altos, teníamos que bajar bastante para poder coger el telesilla que nos llevara a las pistas. Imagínate lo que es con todo el equipo puesto (ropa de esquí, botas que parecen de plomo y esquíes) bajar y subir escaleras y andar, como si fueras Robocop, un buen rato hasta el lugar del transporte. Por suerte sólo fue el primer día (menuda paliza fue acabar el primer día de esquí y subir así con todo puesto al apartamento por unas escaleras). Sobra decir que cambiamos de estrategia, aparcando el coche más abajo.
Como yo soy muy previsora, menos mal que el penúltimo día reservé un Spa en Granada. Y pudimos dar esa recompensa a nuestro cuerpo castigado con caídas, tensión y esfuerzo con los benditos baños turcos, chorritos, cambios de temperatura en las piscinas y demás masajes acuáticos. Una gozada.
En síntesis, estuvo genial la experiencia de Ski en Sierra Nevada. Fue algo diferente, aventurero, desafiante y muy espectacular por las vistas, los paisajes y la nieve de las montañas. Probar y probar y mejorarse en cada intento un poquito más.
Lo que nos enseña todo esto es que no hay que rendirse a la primera de cambio. No hay que tirar la toalla aunque algo nos salga mal a la primera (o a la segunda o a la tercera). Aunque sabía que es algo que no dominaba, está bien experimentar esas sensaciones nuevas. Vivirlo. Al menos intentarlo.
Aunque estamos pasando por tiempos difíciles, no podemos dejarnos caer. Y como digo en el vídeo, si te caes pues te levantas y ya está. Lo que quiero decir es que hay que ser fuertes, seguir luchando, encontrar lo bueno en cada día, no perder el ánimo. Disfrutar con las cosas que podamos hacer que son muchas. Y seguir manteniendo el contacto (aunque no sea físico) con las personas.
Estoy segura que vendrán tiempos mejores. Y que todo esto sirva para limpiar el aire, descontaminar, depurar, desintoxicar y coger muchas energías para, en cuanto se pueda, hacer todo aquello que de verdad queremos hacer. GRACIAS a todos los guerreros que pelean cada día y nos cuidan.
Sigamos recordando nuestros grandes viajes y soñando con los venideros.
Mucho ánimo, coraje y fuerza.
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