Tengo que confesar una cosa: Tengo dedos de morcilla. Pero unos dedazos que es una cosa loca. Para que os hagáis una idea, tengo que poner sí o sí la pantalla giratoria del móvil para usar el teclado en horizontal porque si no lo mismo te quiero poner perro y te escribo nabo, no sé cómo deciros.
A mí siempre me han gustado mucho las chicas con las manos finitas que se ponen un montón de anillos y esas cosas, pero para mí eso en verano es prohibitivo, que entre el calor y el comer y esas cosas se me hinchan las manitas que parezco un orangután y con anillos se me corta la circulación y, mira, apaga y vámonos. TOTAL, que mi truquito particular para que no parezca que llevo puestos guantes de fregar es pintarme las uñas (que encima las llevo cortas porque con el CrossFit se me rompen y entre eso y que me están saliendo callos de las dominadas, tengo las manos de un minero chileno). Mi tónica hasta este verano ha sido: colores oscuros o manicura francesa Y PUNTO. Porque yo solo visto de azul marino, negro, blanco y marrón (en ese orden) y cualquier otro color queda como el culo cuando vistes de oscuro. Pero nada, que este verano me ha dado la perra con el rojo este de Chanel y ya han caído todos los demás (que ya los tenía en casa ¿eh? No os vayáis a pensar que me he dejado 300€ en pintauñas de marca este verano. No).
En aras de que no penséis que soy una compradora compulsiva (o una jacoba integral, porque ya me dirás tú quién se deja el sueldo en lacas de uñas), os explicaré que cuando empecé la carrera pasé un año trabajando en Sephora. Y ahí empezó todo. Desde entonces ha ido cayendo entre rebajas, regalos y demás el resto de la colección (que aquí solo están los colores de verano). Y el mes pasado me dio la pájara y como tenía este rojo nuevo tan cuqui (605 Tapage de Chanel, a ver si Karl se estira un poco y me envía unos botecitos, coñe) decidí hacer unas fotos, que hace mucho que no saco la cámara a pasear y me siento más a gusto detrás de ella que delante de la de vídeo, la verdad.
Dentro de dos meses me hago la misma foto pero con un jersey y os enseño la ristra de pintauñas que tengo de colores de invierno.
P. D.: Poquito a poco pero me voy animando a volver a escribir ¿eh? En cuanto coja soltura en el nuevo curro y me asegure de que ninguno de mis compañeros encuentre jamás mi blog, empiezo a contaros cotilleos, porque TELA. TE-LA.
P. D. 2: Quien dice «dedos de morcilla» dice «morcidedos», que es lo mismo.
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