Lo confieso, estamos con resaka post-vacacional y no terminamos de arrancar. Mientras ellas estén sin colegio y el tiempo acompañe seguiremos saliendo a vivir cosas, a conocer historias, a mojarnos... Si, tengo mil cosas por preparar para la vuelta al cole, pero como me va a pillar el toro igualmente, me hago a la idea y aprovecho el tiempo de entremedio con ellas.
Hoy NO os traigo una propuesta concreta, de un lugar concreto, os traigo una propuesta de experiencia cuyo lugar lo eliges tu. Intento explicarme. Os ha pasado alguna vez, que salís de viaje y encontráis ese chocolate, ese cartel, ese olor que os transporta a vuestro pasado, a vuestra infancia? en definitiva a un momento placentero, un recuerdo positivo, agradable. Seguro que en vuestra memoria tenéis muchísimos recuerdos de vivencias y/o experiencias con vuestros padres, abuelos o tíos, que las recordáis con melancolía y que de alguna forma te gustaría que eso volviera?
Pues que estos recuerdos vuelvan y se hagan presentes pueden estar al alcance de tus manos, solo tienes que elegir el sitio, muy posiblemente de tu propio municipio y traspasarle esa vivencia a tus pekes. Seguro que a ellos les encanta saber de ti, y hacer o vivir algo parecido a lo que hicieron sus padres... recordad que a ellos les encanta saber de vosotros!! Ésta experiencia entra en el reto "Presente100%", que hemos realizado durante éste verano y que intentaremos seguir realizando como filosofia familiar, porque me está gustando los resultados.
(Podéis ver en que consiste éste RETO haciendo click AQUÍ: PRESENTE 100%.)
En mi infancia, casa de mis abuelos, teníamos perro y gato. El gato era un antosocial, no tenía ni nombre "mixeta" le llamábamos, no se dejaba tocar por nadie, solamente por mi abuela. Y el perro, era un perro multiraza, pequeñito, peludo, muy cariñoso y un buscabroncas. Con él recuerdo los paseos que hacíamos con mi abuelo al río para pasearlo. Recuerdo la correa que era roja, igual que el arnés y que tiraba muchísimo, tanto que mi abuelo, no nos lo dejaba nunca por miedo a que soltáramos la cuerda y se escapara. Recuerdo que nuestros paseos empezaban saliendo de su callejuela hacia la izquierda dirección la plaza de la Iglesia, dejando ésta a mano derecha dirección el río. En la esquina unas escaleras bajitas que conducían al río y allí empezaba nuestra aventura.
Paseábamos por el lado del río (hoy ha cambiado muchísimo éste paisaje) y como siempre, mi abuelo nos animaba a lanzar piedras y palos al agua, a mirar bichos, nidos de hormigas, etc. Por aquel entonces yo recuerdo una agua más sucia y en mayor cantidad (pero solo es un recuerdo, desconozco si realmente era así).
Recuerdo un día, en el que posiblemente días atrás debería haber llovido mucho que nos comentó ir a ver "La Palanca", recuerdo que no sabía si "La Palanca" era una vaca, una perra o una gallina... nos generó la expectativa de ir a ver algo que posiblemente no estuviera... raro, no? Ese día el paseo era más largo, nos adentramos por la calle de los huertos, por donde nuestro peroo, el "Patufet" (así se llamaba) se volvía loco ladrando a los otros perros que estaban dentro de esos huertos... que lío se formaba!!!! (Hoy solo queda un lado de la calle de huertos).
Entonces, llegamos a la palanca...
Recuerdo que él decía que no estaba "Lo veis, no está se la ha llevado el río"... (en catalán) y lo decía tan tranquilo, había algo o alguien que tenía que estar allí y que no estaba porque el río se lo había llevado, y lo decía tan tranquilo, eso era tremendo!!! Recuerdo cañas en la orilla del río, y como una plataforma metálica al lado. No se bien bien como fue, que nos empezó a explicar lo que era "La Palanca", quizás nos vió cara de susto o miedo. Resulta que la palanca era aquel trozo enorme metálico que estaba entre las cañas que normalmente estaba atravesado para poder cruzar el río de una orilla a la otra... alaaaaa.... y yo preocupada!!! Resulta que cuando llovía muy fuerte y subía el nivel del río, la palanca era arrastrada por la fuerza del agua. Y era eso lo que había pasado. Pero imaginaos eso en la mente de un niño...
Con éstos recuerdos me he llevado a mis pekeñas a "La Palanca", hemos intentado hacer lo mismo que hacíamos entonces con mi abuelo, observar la orilla del río, tirar piedras al agua y dar de comer a los patos (cosa que en aquel entonces no había!). Les he contado que aquí venía yo con mi abuelo a buscar piedras y que en casa de la abuela todavía hay muchas de esas piedras... oooiii lo que les he dicho!! con la basurillas que son!! Me han cargado el bolso de piedras!!!!
La verdad que ha sido una mañana divertida, aunque en algún momento nuestra ropa seca ha peligrado. "La Palanca" es una plataforma estrecha, poco más de un metro tendrá y allí se juntaban las niñas, la bolsa de pan, "el rifi rafe" de éste más grande lo tiro yo, un señor con una bicileta y el perro... tanto, que he tenido que dejar la reflex en la bolsa y sacar el móvil para hacer las fotos (así son), porque peligraba que alguien/algo cayera al agua.
Espero que os haya gustado ésta experiencia y os animo a que la compartáis a conciencia, es decir, que os acerquéis a ese sitio de forma predeterminada, con ganas de contarle esos recuerdos a vuestros pekes, que ellos quieran hacer lo mismo que hacíais cuando vosotros erais pequeños... porque la verdad es una experiencia genial, y construir recuerdos es para toda la vida y se queda con ellos.