George sufrió de prolongados ataques de enfermedad mental a lo largo de su reinado. Hasta que finalmente, en 1810, su hijo George, Príncipe de Gales, asumió la Regencia y gobernó en lugar de su padre.
Según el historiador Peter Garrard, el rey vivía en una época en la que la enfermedad mental era poco comprendida. Ahora se reconoce ampliamente que el tratamiento prescrito por sus médicos puede haber empeorado su condición.
Durante sus peores ataques tenía la manía de escribir y hablar incesantemente durante horas y horas. Sufría de insomnio y a veces tenía que ser controlado por el personal de la casa.
El rey George III y la oriza azul
Sin embargo, una de las otras características de la enfermedad del rey George III era física. Según Garrard, aparentemente tenía períodos en los que su orina se tornaba de color azul. Esto desconcertó a sus médicos, y ha formado la base de una salvaje teoría sobre la causa de la aparente locura del rey.
En 1969, un artículo publicado en Scientific American argumentaba que la orina azul de George podría indicar una razón alternativa para sus ataques de manía y delirio.
Esta importante proteína es responsable de trabajar con la hemoglobina para mover el oxígeno por todo el cuerpo. Cuando es deficiente, crea una serie de problemas fisiológicos.
Uno de los efectos secundarios de la porfiria es que hace que la orina se torne de color azul o púrpura. Sin embargo, también puede causar otros problemas graves, asociados con síntomas de locura y delirio.
Los pacientes pueden experimentar insomnio, alucinaciones, ansiedad y delirio, todos los cuales son consistentes con los reportes del comportamiento del rey George III durante sus peores ataques de locura.
Esta teoría tomó gran importancia en la formación de las percepciones del rey loco y sigue siendo objeto de debate entre los historiadores. Sin embargo, el reciente análisis de los relatos históricos del comportamiento de George pone en duda la noción de que sufrió de porfiria.
Peter Garrard y Vassiliki Rentoumi argumentan que sus episodios de manía y su incesante locuacidad parecen ser más consistentes con los síntomas del trastorno bipolar.
Últimas investigaciones
El análisis de sus cartas y escritos que produjo cuando se enfrascó en esta manía mostró que tendía a usar frases extremadamente largas y un lenguaje elaborado y colorido. Este es un síntoma común entre los que sufren de depresión maníaca o trastorno bipolar. Y sugiere que el rey estaba sufriendo de una forma de enfermedad psiquiátrica.
Los historiadores de hoy creen que los estigmas históricos que rodean a la enfermedad mental pueden haber moldeado la manera en que hemos interpretado el carácter, las acciones y el legado de George en su reinado. Por ejemplo, la popularidad de la teoría de la porfiria puede deberse al hecho de que elimina cualquier estigma de enfermedad psiquiátrica de la monarquía.
Sin embargo, el cambio de actitudes provoca una revalorización del reinado de George y de su legado como monarca. Quizás este desafortunado rey debería ser recordado por algo más que por su manía y su orina azul.
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