Álex Tovar y África Fanlo
Queridos lectores:
Mirad qué libro ilustrado traigo hoy, tengo que agradecérselo a Carambuco Ediciones que han tenido la amabilidad de hacérmelo llegar para satisfacer otro de mis abundantes flechazos literarios, pues en cuanto lo vi, supe que me encantaría.
Se trata de un breve y precioso cuento dirigido a los más pequeños con una lección que algunos de los más grandes aún no hemos aprendido del todo: el aprecio, respeto y cuidado de la naturaleza.
Érase una vez en un bosque habitado por todo tipo de animales y plantas, un pueblo se dedicó a aprovechar las hojas secas y ramas viejas de los árboles para calentarse durante el frío invierno... pasaban las estaciones y poco a poco los hombres decidían coger más y más de la leña y madera del lugar, de forma que casi acabaron con los árboles del lugar.
Me encanta todo lo que tiene que ver con ver en la naturaleza nuestro hogar, cuidarlo y protegerlo pues son los árboles los que nos dan oxígeno, los animales y plantas los que nos dan alimentos y la lluvia la que riega nuestra sed y nuestros campos. Con frecuencia el hombre ha olvidado escuchar a su sentido común y se ha dejado llevar por la tentación de poseer más y más. ¿Pero más qué? cuando comprendemos que podemos vivir igual de bien con los recursos adecuados, despertamos a nuestra realidad. Y así es como volvemos a conocer y valorar la naturaleza para habitar en paz en ella.
¿No es ésta, a caso, una lección que debíamos haber aprendido hace ya mucho tiempo? entonces, ¿por qué seguimos fabricando toneladas de plástico, por qué la obsolescencia programada, por qué producimos tantísima basura, por qué no somos capaces de detenernos y pensar como lo hicieron los habitantes de este cuento? No quisiera ver llegar el día en que ya no suene la canción del bosque.
Estoy convencida de que, gracias a libros como éste y muchas otras actividades y metodologías, las nuevas generaciones sabrán hacer de este, un lugar mejor. No obstante, es nuestro deber como adultos, saber legar el gusto y disfrute sano por la naturaleza a los más pequeños pues ellos van a heredar el único lugar en todo el universo en el que el ser humano puede vivir feliz. ¿Sabremos cumplir con nuestra misión?
De nuevo muchísimas gracias a Carambuco tanto por la preciosa lectura con imágenes tan coloridas como por el trasfondo en forma de moraleja que tanto me gusta tratar en mi blog.