No me preguntéis por qué, pero estaba convencida de que esta saga de novelas no me iba a gustar. Pensad que yo las he conocido cuando ya hay cuatro números y daba por hecho que sería una saga facilona, que no podría enganchar a un adulto.
Bien, pues me equivocaba totalmente.
La lección de August nos cuenta la historia de un niño que debido a una impensable combinación de genes, nació con una serie de deformidades en el rostro. Incluso tras diversas operaciones de cirugía estética durante toda su vida, siempre se ha sabido observado y criticado por la gente que lo cataloga como un monstruo por su aspecto.
August (o Auggie, como le llaman) vive con una familia que le adora y hacen todo lo posible porque sea feliz, pero llega un momento en el que le dan la ocasión de empezar el colegio como todos los niños de su edad, en quinto curso, en un colegio. Hasta el momento, debido a sus múltiples problemas, aprendía en casa con ayuda de su madre.
Aunque Auggie está aterrorizado por lo que supone enfrentarse a tantísima gente, tras una visita al centro unos días antes de empezar el curso, acompañado por el director Traseronian y unos chicos escogidos por él que le enseñan la escuela, August decide aceptar el reto y empezar la escuela, a pesar de sus miedos, y los de sus padres, que siempre le han protegido.
Se inicia así toda una revolución en su rutina: asistir a clase, conocer amigos... y enfrentarse a la crueldad de los niños, e incluso el acoso escolar Pero no solo eso, si no cómo los adultos afrontan esta situación.
August narra una parte de la historia, hasta que cambia a las voces de otros personajes; su hermana Olivia, su amiga Summer... cada uno de ellos tiene una serie de capítulos en los que conocemos más de su propia historia y la de August, nexo común de todos ellos.
Wonder puede estar catalogada como una lectura juvenil, pero no por ello debe desdeñarse; te hará reír, te hará llorar, te hará reflexionar. Me gustaría creer que se recomienda como lectura en los institutos y que se aprende de ella, y que los padres lo leen con sus hijos y lo comentan. Porque seguro que hay un August en cada escuela, en cada clase, un niño de que se ríen y al que marginan y al que hay que aprender a valorar por cómo es en el interior.
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Fuente: este post proviene de Cafe de Tinta, donde puedes consultar el contenido original.
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