Kristan Higgins
Querido diario:
Hoy te traigo una novedad de HarperCollins la editorial romántica por excelencia a quienes doy las gracias por enviarme este ejemplar:
Cumplir treinta años tenía sus pros y sus contras
A Callie Grey, el hecho de asumir su edad la obligaba a reconocer que su novio y a la vez jefe le debía desde hacía mucho tiempo una proposición de matrimonio. Y, también, a darse cuenta de que esa proposición no iba a llegar nunca, porque, de repente, Mark le anunció que se había comprometido con la nueva doña Perfecta de la empresa. Por si eso no fuera ya lo suficientemente desastroso, a su madre se le ocurrió hacerle una gran fiesta para celebrar su treinta cumpleaños en la funeraria familiar.
Las cosas empeoraron aún más cuando Callie, con tal de llamar la atención de Mark, empezó a salir con el veterinario del pueblo, que, aunque estaba soltero y sin compromiso, no era demasiado cálido ni agradable. ¿Qué importaba que Ian McFarland estuviera más cómodo con los animales que con las personas? ¿Qué importaba que fuera tan formal y metódico? Ella, tan afable, espontánea y amante de la diversión, decidió que era hora de que Ian hiciera unas mejoras en su personalidad.
Pero, por muy poco que la impresionara, cabía la remota posibilidad de que se enamorara del soltero menos atrayente de todo VermontGracias a esta editorial estoy descubriendo por primera vez a autoras consagradas en otros países que además, en su formato bolsillo, me permiten convertir en un placer las salas de espera, viajes en autobús y demás momentos del día que, de otra forma, serían aburridísimos.
Desde luego, si quieres una novela romántica tradicional, tienes que buscarla en Harlequín y aunque a las más jóvenes os suene algo antigua, porque ya tiene su trayectoria, para este género es la mejor ¡si no, no llevaría tantos años editando historias!
En este caso seguimos a una protagonista que llega a esas cifras de edad en las que todo el mundo espera mucho de nosotras: cásate, empieza a pensar en los hijos, mantén un buen trabajo... y todo eso que en los años 50 parecía de lo más normal, ahora choca un poco con... bueno, con todo en realidad. Un equilibrio muy cuidado entre diversión y momentos tiernos a través de los cuales, realmente llegas a conocer a los personajes, no solo por sus aspiraciones, defectos y virtudes, también por sus motivaciones y te resulta muy fácil ponerte en su lugar.
La parte que más me ha gustado es esa dinámica familiar creada a la perfección por la autora que hace girar todos los engranajes de forma tan sencilla que te va llevando sin darte cuenta a través de las páginas y cuando vas a ser consciente, se te ha terminado el libro quedando con una sensación de plena satisfacción lectora.
No sé si en adelante volveré a encontrarme con esta autora pero la verdad es que no me molestaría en absoluto, sobre todo si sus libros siguen la misma dinámica y por las críticas que he estado consultando, todo apunta a que así es, por lo que, me gustará volver a tropezarme con ella.
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