Año nuevo, vida nueva.
La gente suele hacer proyectos, propósitos de vida nueva cuando comienza el año. Dejar de fumar, quitarse unos kilos, hacer más ejercicio....como me gustaría tener una varita mágica, que bien me vendría esa varita mágica, para devolver a los que se llevaron, a los que ya no están, para acabar con las guerras, el hambre, la miseria, las enfermedades, la maldad.....
Hoy tras las fiestas navideñas, terminado el día de Reyes y que por fin comienza la rutina del nuevo y recién estrenado 2016 me siento un poco a reflexionar sobre la vida, mi vida.
Últimamente con todo lo acaecido a mi alrededor no hago más que pensar ¿Por qué perder tiempo y energía en inseguridades? Estoy cansada de tanto llorar por gente que no merece la pena, que parece que han nacido para lastimar a sus semejantes, hoy me he sentido vieja, pero sólo ha sido un momento, porque no tengo ninguna duda de que cuando tenga 80 años (si llego), miraré las fotos de mí misma..... de ahora mismo con 58 y pensaré en lo joven que era entonces, que soy ahora.
Estoy harta, muy harta de hipocresía y gente con el corazón podrido a mi alrededor(gracias a Dios que son poc@s), que no hace más que pensar que los demás tenemos la culpa de todo, sin darse cuenta de sus mezquindades, que piensan que son l@s mejores hij@s, las mejores nueras...Dios que penan me dan.....y que fácil les es ver la paja en el ojo ajeno, más les valdría mirarse en el espejo y reconocer sus actos y en el daño que llevan haciendo ya tantos años y dejar de acusar a los demás, como decía mi madre "Li díu el mort al degollat, qui tha fet eixe forat?" le dice el muerto al degollado ¿quien te ha hecho ese agujero? éste refrán lo empleaba para hacer notar que siempre habla quien más tiene que callar, por eso hablo yo hoy, porque ESTOY MUY CANSADA.
De repente conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora…
Me siento como aquel niño que ganó un paquete de dulces: los primeros los comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocos, comenzó a saborearlos profundamente.
Le quitaba yo la tontería a mucha gente si se pusieran un rato mis zapatos...solo un poquito, porque yo no soy de desearle el mal a NADIE, solo pido que me dejen vivir, o pelear por hacerlo.
Me he dado cuenta de que ya no tengo tiempo para reuniones interminables, donde se discuten estatutos, normas, procedimientos, reglamentos internos, y tonterías de deudas de comportamiento, sabiendo que no se va a lograr nada, y con personas que no saben el significado de la palabra empatía.
Ya no tengo tiempo para soportar a personas absurdas que, a pesar de su edad cronológica, en algún caso aún joven y en otros muy parecida a la mía, que no han crecido y que ya no quieren crecer.
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades, egoísmos, falsedades e hipocresías.
No quiero estar en reuniones familiares o no, donde desfilan egos inflados.
No tolero a manipuladores y oportunistas, ya no, ya me he cansado, agotado.
Me molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces, para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.
Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos.Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa…
Sin muchos dulces en el paquete…
Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.Que sepa reír, de sus errores.
Que no se envanezca, con sus triunfos. Que reconozca sus errores.
Que no se considere electa, antes de hora.
Que no huya, de sus responsabilidades.
Que defienda, la dignidad humana.
Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez.
Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las personas… Gente a quien los golpes duros de la vida, le ha enseñado a crecer con toques suaves en el alma y no a lastimar a los demás insistentemente y como condición primordial.
Sí… tengo prisa… por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar.Pretendo no desperdiciar parte alguna de los dulces que me quedan…
Estoy seguro que serán más exquisitos que los que hasta ahora he comido.
Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridos, pero los de verdad, y con mi conciencia limpia y tranquila como está.
Tenemos dos vidas y la segunda comienza cuando te das cuenta que sólo tienes una, ahora me ha llegado ya ése momento.
Mario de Andrade
Poeta, novelista, ensayista y musicólogo brasileño, con quién estoy plenamente de acuerdo y de quien recojo éstas palabras para compartirlas con quien me quiera leer.