No sé si es porque en breve saldré de mi casa rumbo hacia Madrid o porque el sol entra por el balcón, aunque haya dormido cinco horas y tenga ojeras -el sol siempre sale aunque tú vayas hecha un asco- y aunque (además) haya visto que allí, en Madrid, están a 8 grados… no puedo dejar de sonreir y escuchar esta canción. Genial. 8 grados. ¿Y ahora qué narices me pongo? Mi armario valenciano ya ha desterrado la ropa gorda… así que digamos que tengo un problema. Sólo me queda la opción de ponerme capas finas cual cebolla, unas encima de otras, y rezar para que al menos, no llueva. Ahora que lo pienso… el año pasado llovió, ¿no? Creo que soy gafe.
Me parece mentira que haya pasado un año. Y mucho más que vuelva a ser finalista. Y mucho más que (¡encima!) también sea finalista mi mejor amiga, Nuria-Tejetintas. Es un “qué fuerte” repetido todo el rato. La última vez que fuimos juntas a Madrid, fue para ver a los Backstreet Boys (SÍ). Y aunque tenemos como una década más, creo que no hemos cambiado mucho. Nuria sigue con el sol en las pestañas. Yo sigo soñando a todas horas.
Y cuando estamos juntas, seguimos hablando a grititos cuando nos emocionamos.
Somos así.
Y tal.
Y esta noche no sé qué pasará, pero sé que cada uno de los momentos que vivamos en CaixaForum serán únicos. Y gane quien gane, sé que el hecho de estar ahí, y más todavía juntas, ya es un regalo, una suerte, un reconocimiento. Así que sin más que añadir (más que nada porque se me hace tarde) diré que me voy a la ducha y a plancharme una camisa. Algún día dejaré de contaros cosas absurdas. O no. Quién sabe.
A la vuelta habrá un post en condiciones con toda la información de la gala y todo lo importante que pase.
Me voy, que no sé cómo lo hago pero al final siempre voy corriendo.
Un besazo a todos.
M.
Archivado en: Cosas que contar(os)